No Walls, No Limits by Héctor

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Por Héctor Ledezma

La cercanía que puede tener tu pareja con tus amigos es algo normal, de hecho es parte de la aceptación que tienen unos con otros, de hecho, grandes amistades surgen de eso, pero cuando te gusta la pareja de tu amigo o amiga las cosas cambian, más si se llega al sexo.

De acuerdo con el sexólogo César Pérez, esta situación existe, pero no es tan común como cualquier otra actividad sexual, pues no se refiere únicamente a la infidelidad, sino que se involucra a personas cercanas, como lo es un amigo.

En la red, esas historias son muy comunes; en diversos sitios electrónicos, como Enfemenino.com se recopilan relatos de experiencias de ese tipo, como el siguiente:

«Un día andaba en una fiesta con mi novia, mi mejor amigo y su pareja. Hubo mucho alcohol, yo no tomé mucho pues era el conductor, y la novia de mi amigo tampoco. Terminó la fiesta, nos subimos al carro y fuimos a dejar a mi novia, a mi mejor amigo, quedamos su novia y yo.

(…) Cuando íbamos en camino me dijo que ella ya le había sido infiel algunas veces, me preguntó que si no me gustaba, le dije que era muy bella, entonces ella me besó, y como es muy guapa tuve una erección, ella me hizo sexo oral.»

Comentarios como este, reales o no, reflejan que es una fantasía que no es difícil de llevar a cabo, más si entre los dos hay una complicidad y gusto.

La fantasía puede quedarse ahí, ya que no depende sólo de uno, sino de dos para cumplirla; además, por obvias razones no es algo que compartas con tu pareja. Si no sucede, lo mejor es dejarlo pasar, olvidarlo, porque ¿para qué deseas externarlo, cuál sería el beneficio, a quién ayuda, cuál es el objetivo?

Un triángulo difícil de cuadrar

Ellas no se quedan atrás, también pueden encontrarse con que el novio de su amiga les gusta y que él, incluso, les tire la onda; pero pueden ser un poco más reservadas, al final, saben que ellas serán las que quedarán mal.

El sitio Sonpareja.com recomienda nunca enrolarse con una pareja ajena, menos si es de alguien tan cercano como un amigo, pues la amistad puede perderse y la «relación» también.

En el portal Nosotras.com también hay un relato que cuenta la historia de un hombre que tuvo sexo con la esposa de su mejor amigo. Un encuentro desenfrenado que describe «como animales en la cocina».

En este caso todo comenzó con miradas que denotaban «algo», hasta que los comentarios entre ellos subieron de tono y culminó con una sesión de sexo.

Si ocurre una situación parecida y tu amigo o amiga se entera, lo más seguro es que acabe esa amistad, así que antes de hacerlo piensa en la fuerza de su relación. Si se habla de sexo y de compartir a la pareja, se entraría en otro terreno y depende de cada uno, ya que es más un intercambio de parejas o incluso un trío, que puede funcionar sexualmente, pero no emocionalmente.

Las mujeres sufren más cuando se enamoran, pues para ellas no significa sólo sexo. La página Cosmohispano.com recomienda aterrizar y no soñar, por más que te guste o incluso estés enamorado.

Cabe destacar que el fantasma de «lo prohibido» puede estar rondando tu mente, ya que en general se tiende a querer eso que no se puede tener.

Si se es buena amiga o amigo, terminarás por darte cuenta que vale más una amistad, olvidarás la idea de la pareja de tu camarada y te alejarás. De más está decir que por más culpa que puedas sentir, lo mejor es no abrir la boca, pues es muy posible que tu amigo no pueda entenderlo.

Por Héctor Ledezma

La infidelidad ya no es un tema tabú. Tanto hombres como mujeres han llegado a ser infieles; ellas suelen hacerlo no por insatisfacción sexual necesariamente, como sí pueden hacerlo ellos, pero ¿qué ventajas representa tener un amante?

Primero hay que diferenciarlo de una pareja sexual. El sexólogo César Pérez aclara que ésta «es sólo para tener relaciones, no hay un vínculo afectivo, pues se da principalmente cuando no se tiene un compromiso», lo mismo que un sex friend, que como su nombre lo indica, es para sexo y nada más.

Con un amante sí suelen involucrarse ambas partes, el sexo y afecto, aunque pesa la primera, bajo el lema de «se busca lo que no se tiene en casa».

Es una relación de común acuerdo, «hay una complicidad, anonimato, es como un estilo de vida; ellos deciden dónde se ven y dónde no se puede, definen horarios, días, situaciones, y existe una semi exclusividad, ya que generalmente tienen pareja estable» dice el sexólogo.

Los motivos pueden ser varios y muy particulares, «inicialmente es por una intención sexual, que puede terminar al poco tiempo en algo emocional y pasional. Las complejidades no existen, por eso es una relación más relajada».

No está de más decir que una pareja estable, difícilmente cumple al cien por ciento todo lo que les gusta, pero eso no significa que no se pueda establecerse con esa persona.

El sitio Educasexo.com dice que varias heroínas de novela han sido castigadas por deslices sexuales, lo cual era mal visto, sobre todo por ser mujeres, aunque ellas desafiaban a la autoridad con relaciones extra conyugales.

Ellos no son tan mal vistos si se enredan en una relación extramarital, y en algunos casos es símbolo de hombría. Pero en cuestión de infidelidades ninguno de los dos sexos está seguro ni es más o menos.

Dentro de las posibles ventajas están:

1. Verse con alguien ajeno al círculo familiar o amistoso es una experiencia satisfactoria y emocionante para muchos.

2. La sensación de aventura es indescriptible: citas a escondidas, en hoteles o lugares lejanos, donde nadie puede acceder significa vivir un secreto emocionante.

3. Lo prohibido genera adrenalina y gusto, por ello se disfruta; además, en un amante tienes «lo bueno» de la relación.

4. Algunos reviven sensaciones de sentirse amados, queridos, apapachados, retroceden en el tiempo.

5. Si en tu casa no tienes lo que quieres, un amante te da eso que necesitas o en su defecto crees necesitar. No está de más decir que el sexo es parte importante y lo disfrutas como nunca.

6. Aunque suene contradictorio, puede hacerte valorar a tu pareja y entonces analizar tu relación y darle un giro.

Desventajas

1. No siempre se es lo suficientemente cauteloso como para que nadie se de cuenta.

2. Mentir es armar una cadena de mentiras, que de descubrirse podrías perder más de una cosa, un matrimonio, problemas legales, entre otros detalles.

3. Puedes perder incluso al amante, pues al no ser algo secreto éste (a) puede no estar disponible a tus problemas.

4. Dejar de darle tiempo a otras cosas, sobre todo si tienes hijos, o trabajo, pues se debe cumplir con esas ocupaciones.

5. El amante es una escapatoria, pero puede ser una condena más, estar entre dos no es sencillo, y si te enamoras o se enamoran, ¡cuidado!

6. Se conoce otra forma de ser, de pensar, incluso la forma de acordar algo es más sencilla, cosa que se complica en una relación más formal.

7. Si tu amante se convierte en tu pareja, se puede sufrir de desconfianza, pues el temor de que existan amantes es latente.

Por Héctor Ledezma

La casa es tal vez el lugar más seguro, donde descansas, convives, haces el amor y compartes momentos importantes, pero, ¿conoces todos los rincones?

Por excelencia, la cama es el lugar para las relaciones sexuales; pero no es el único donde se puede realizar esa actividad, menos si vives en pareja. El sitio Sexualidad.es recomienda algunos que están a sólo unos pasos.

1. El clóset. Dependiendo el tamaño, en lugar de guardar la ropa, puedes meterte ahí y darle rienda suelta al placer. Los tubos, cajones y barras, pueden ser un buen soporte. Intenta posiciones sugerentes.

2. La cocina. Es un lugar caliente por obvias razones, pero siempre puedes aprovechar y ponerle un poco más de temperatura. Incluso pueden preparar algún platillo y mientras lo hacen preparar el horno para lo que sigue. La barra, incluso un comedor en la cocina te servirá de apoyo para el amor.

3. El baño. Diario tomas un baño, en pareja es mejor, ya sea mañana o noche, mientras te talla la espalda, unos besos, y después un momento único para comenzar o terminar el día. Un lavabo es también un buen lugar para postrarse, en la tina también se vale. No está de más tener los cuidados en el sexo en el agua.

4. En la mesa. Este mueble es una excelente superficie para el sexo, pero ¿qué tal debajo de ella? Comenzar arriba y terminar abajo es la opción, sólo hay que tener cuidado de no golpearse la cabeza. La imaginación estará a la orden, pues es un espacio reducido. Las sillas son buenas por si te cansas.

5. La puerta. Seguro hay más de una en tu casa, escoge la que más te guste, y en una de esas empieza la acción. Si la pasión te desborda no atravieses la puerta, quédate en ella, abierta o cerrada.

6. La ventana. En sexualidad hay casi de todo, y no faltan aquellos a los que les gusta la idea de ser observados por terceros. Así que si se presta, y te arriesgas, en la ventana una sesión de sexo puede ser una experiencia con mucha adrenalina.

7. En la terraza. Sentir el aire al contacto con tu cuerpo desnudo, ya sea de día o noche. Una buena opción para un poco de sexo al aire libre, si hay copas de vino y un poco de música… ¡Mejor!

8. En el garage. Este espacio puede ser usado para un rato de intimidad. Usa el auto como soporte; en verano la temperatura es idónea, en invierno, con el frío calentarás el lugar.

9. Las escaleras. Quédate en el descanso o en el escalón que más te guste y verás que son una buena opción para el sexo. Son interesantes para más de tres posiciones, los desniveles ayudan más de lo que puedes imaginar.

10. El cuarto de lavado. La fantasía del sexo en la lavadora en ciclo lento, para pasar al centrifugado es placentera al cien por ciento, pues el movimiento del aparato ayudará a la estimulación.

No olviden que también la búsqueda de opciones para hacer el amor, es una buena técnica para no caer en la rutina, o si existe, romper con ella.

Por Héctor Ledezma

La recámara es tal vez un lugar después de tu oficina, o escuela donde pasas más tiempo, donde prefieres hacer el amor, donde descansas y duermes, por ello no es un lugar cualquiera.
La cama es el espacio por excelencia para el sexo, el cual no debe hacerse como si fuera un simulacro o un desfile, así que como en todo hay reglas que son importantes seguir, así lo dice el sitio Handbag.com.

1. Si prometes sexo, hay que darlo. Dicen por ahí que se promete lo que se cumple, si dices a tu pareja que en determinado momento tendrán sexo, ya sea en la noche o al otro día, llueva, truene o relampagueé deberás hacerlo.

Claro que hay momentos donde es imposible, un compromiso de vida o muerte, salud, pero si fallas varias veces tu pareja simplemente ya no te creerá.

2. Celos del vibrador. Algunas mujeres se atreven a probar los placeres de un dildo o vibrador, con lo que conocen un poco más a fondo su sexualidad y además conocen su cuerpo, pero hay quien a falta de sexo con pareja puede usarlo de más, lo que causa un poco de «celos» en sus parejas.

Cabe decir que una mujer debe usarlo lo necesario, nunca más que el sexo con una pareja, ya que además con un vibrador pueden tener un orgasmo más rápido, con lo que el sexo con una persona podría ser un poco más tardado.

3. Comparte el juguete sexual. Ellas son más asiduas a los juguetes, claro está que ellos también tienen los suyos, pero hablando exclusivamente de un vibrador, para evitar el punto anterior, dense el tiempo y que él sea el que controle, el que manipule los movimientos del aparato, para tener más que ver con el placer de ella. Incluso a él le servirá para conocer a su pareja e identificar sus zonas de placer.

4. Aguas con el herpes. En general todas las infecciones de transmisión sexual son de cuidado, pero si se tiene una como el herpes bucal, no se puede ir a los genitales con ello, ya que puede transferirse y sin duda será muy desagradable.

5. Dar rienda suelta con el sexo oral. Aprovechar todas las oportunidades para hacer sexo oral, con ello, ellas aprenderán a quitarse un poco el estigma de esta práctica, además de que perfeccionarán su técnica, ellos lo agradecerán, no subestimen el poder de una buena felación.

6. Sexo con estimulación. El sexo es algo que se debe disfrutar con lentitud, midiendo los pasos, sintiendo cada momento. Las caricias y los besos son de suma importancia, es sabido que eso prepara al cuerpo para lo que viene.

El preámbulo es una parte importante en la relación sexual, no sólo la penetración, sobre todo para las mujeres que necesitan de cierta estimulación para poder ser penetradas.

7. Abiertos a nuevas ideas. Lo nuevo puede causar miedo, pero puede ser algo placentero, no se vale quedarse callados si quieren probar algo que vieron o leyeron, siempre que esté dentro de la ley.

Una nueva postura, un nuevo lugar, tal vez un sexo fuera de casa, o una fantasía que se puede cumplir, todo eso ayudará a la confianza de pareja y a la relación, además de que bien hecho puede aterrizar en una buena acción.

8. Si serás infiel, mira bien con quién. El sexo con un tercero (a) no se recomienda sin protección, menos si existe un acuerdo con tu pareja de no usarlo, ya que se traicionaría la confianza y una sesión de sexo puede representar una infección de transmisión sexual grave.

No piensen que porque puede ser un conocido está sano, a menos que sepas su historia, lo cual es casi imposible.

9. Terminen lo más cercanos posible. Está comprobado que ellas son multiorgásmicas, pueden tener más orgasmos que ellos, y aunque el orgasmo es de quien lo trabaja, lo ideal es que se preocupen tanto del suyo como el de su pareja, es decir, compartan su placer.

Háblense, díganse si ya uno terminará y espere al otro, con esto no es que busquen un orgasmo simultáneo, se puede pero es complicado, lo mejor es unirse y terminar cuando los dos lo deseen.

10. Sexo cuando se quiera. El sexo a todas horas es más un mito que fomentan algunos medios, porque además de eso, muchos tiene que atender otros asuntos, lo ideal es tenerlo de acuerdo a sus tiempos, cuando los dos quieran y puedan para que esa unión sea placentera para ambos y no un martirio.

Tampoco se trata de no darle prioridad, también es importante y como tal hay que buscarle un espacio, siempre de acuerdo a las necesidades y/o acuerdos de pareja.

Por Héctor Ledezma

Existen muchas y muy conocidas expresiones del comportamiento sexual, antes llamadas parafilias, una de ellas, es el vouyerismo, que de acuerdo con el sexólogo César Pérez es el gusto o atracción por observar a otras personas, ya sea desnudas, teniendo relaciones o en posiciones sugerentes, sin que éstas se den cuenta. Lo anterior, con el fin de excitarse y hasta masturbarse.

De acuerdo a educasexo.com, a muchos les gusta imaginar a su pareja con otra persona, incluso les agrada que cuenten experiencias pasadas, sienten gusto y excitación con pensar en el otro como agente sexual activo. Cuando deja de ser una fantasía y se aterriza, se llama candaulismo.

A principios del siglo XX se trataba de una práctica habitual en burdeles franceses, donde los maridos observaban cómo sus mujeres se acostaban con otros hombres.

En efecto, el candaulismo, es una experiencia donde una persona se excita al ver a su pareja teniendo relaciones sexuales con otra, él no se incluye pues esto se convertiría en un trío; tampoco incluye a más de tres, porque sería una orgía; y no es un intercambio de parejas (swinger), porque sólo uno de los dos tiene relaciones.

La línea que divide a una práctica de otra es muy pequeña, expresa César Pérez, por ello pueden confundirse; sin embargo, señala, cada una tiene sus características que los hacen diferentes, y todas comparten el previo acuerdo, pues las dos partes estarán conscientes de los riesgos.

En particular, en el candaulismo se da una relación entre un vouyerista y un exhibicionista, es decir, el sujeto que gusta de ver, no lo haría sin uno al que le gusta que lo vean, indica sexualidadsana.com

El sexólogo comenta que no es sencillo encontrar una pareja así, «tampoco es que se vaya por la vida buscando satisfacer ese gusto, pues es una práctica tan indispensable como se quiera».

«Como toda actividad sexual en pareja, debe ser platicada y analizada, eligiendo el cómo, con quién y dónde, sabiendo cuál es el objetivo y que a los dos los satisfaga», explica César Pérez.

Y agrega: «También, se debe definir si es para experimentar, conocer o como un gesto de amor, donde está implícita la confianza, la comunicación, los límites y el respeto. Estas prácticas no son para gente enferma como creen algunos, son individuales o de pareja. Además, se requiere de mucho «valor» para externar esos deseos o inquietudes».

Lo cierto es que ellos son más visuales que ellas, por eso diríamos que existen más hombres vouyeristas que mujeres, por lo que no sería raro que un hombre sea más propenso a una actividad como el candaulismo. Incluso, los hombres pueden excitarse más fácilmente con sólo ver, y ellas requieren algo más que eso, señala el sitio sexualidad.es

Como toda práctica sexual, difiere mucho lo que pasa en la imaginación con la realidad. Antes de realizarla, se debe estar consciente de que se puede alterar la relación y hasta romperse. En ocasiones se pueden disparar periodos de celos enfermizos. A su vez, puede traer problemas emocionales, sobre todo para quien realiza la relación sexual, pues puede sentirse como objeto, explica tusexualidad.info

Por Héctor Ledezma

En las relaciones hay muchas acciones por hacer y disfrutar, una de las más mitificadas y puestas como meta por muchas parejas en lo referente a las relaciones sexuales es el orgasmo simultáneo, ese que permite que los dos lleguen al clímax al mismo tiempo.

El sitio ciudad.com.ar comenta que algunos lo persiguen como si fuera una especie de nirvana del sexo, el momento en que uno forma parte del otro, un instante de gloria sexual, emocional, donde los cuerpos se fusionan.

Es precisamente esa idea de verlo como algo complicado que, por un lado puede dejarse fuera de los gustos, y por otro, crear una obsesión, pero antes es importante saber que sí es posible.

El sexólogo y psicólogo Miguel Alejandro Espinosa Díaz comenta que para obtenerlo es importante tener paciencia y sobre todo estar consciente de la excitación propia y de la pareja. «Por ende se requiere de conocimiento mutuo y comunicación para cambiar el ritmo, modificando la forma de estimular y reconocer si el orgasmo se va acercando».

Sin embargo, el orgasmo simultáneo no puede convertirse en la meta a cumplir, porque una relación sexual se compone de elementos que van más allá del coito y el orgasmo. «No es algo indispensable, las relaciones no son necesariamente un orgasmo físicamente expreso; el contacto, las caricias, los besos, la cercanía, los sabores, las palabras son también generadores de placer» explica Espinosa Díaz.

El orgasmo simultáneo puede llegar sin buscarlo, pero los diferentes ritmos de excitación en las personas pueden ser un impedimento, por ello la importancia del preámbulo, el tiempo de la excitación y la generación de un ambiente propicio para que se emparejen los ritmos y sea más sencillo encontrarlo.

«Es importante que en parejas heterosexuales los hombres vayan más despacio y aprendan a disfrutar mucho más de todo lo que acompaña la relación, desgenitalizando el encuentro y prestando atención al cuerpo entero; si las mujeres se dan ese tiempo de reconocer su cuerpo y entran más en contacto con sus órganos sexuales podrán disfrutar más».

Diariodemujer.com comenta por su parte, que la mayoría de las mujeres tienen orgasmos de naturaleza clitorídea y no vaginal, lo que complica un poco las cosas. Las posturas que provoquen roce del clítoris son muy favorables para obtener este orgasmo, o aquellas en las que la estimulación manual de ella sea posible por mano de uno u otro, sin dejar la penetración.

El sexo oral es otra opción para alcanzarlo, aunque al final cada pareja encontrará su método, pues no hay una forma exacta de hacerlo. Lo que importa es dar un placer mutuo y a la hora de pensar en el goce se haga para dos.

La sexóloga María Hidalgo comenta para EFE que «en materia sexual, la regla de oro es cuanto más pausado y lento sea el precalentamiento, más intenso y explosivo será el ardor», por lo que una búsqueda de orgasmo simultáneo es válida sobre todo porque en ella la pareja disfrutará del momento, de las sensaciones, y si no llega, se tuvo un momento placentero que valió la pena.

Asimismo, se señala que lo que importa es la calidad más que la cantidad, hablar de los deseos, poner tiempo y atención, las posturas, detenciones y lentitud, todo esto con el fin de prolongar la sensación placentera y reforzar la intimidad.

Cabe señalar que el orgasmo simultáneo es una modalidad en la relación sexual, disfrutable como las demás, no la más importante, «si se aprende a disfrutar de la relación completa seguro llegará solo», dice el sexólogo.

No conviene darle un peso muy alto, porque si llega puede haber una desilusión si no es con la persona amada, o si fue por mera fortuna, es decir, no significa nada y se convierte sólo en una coincidencia.

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La frecuencia y ritmo de las relaciones sexuales se decide en pareja; algunas veces se padece del deseo sexual inhibido, lo que perjudica la relación sentimental

Por Héctor Ledezma

El interés sexual en una pareja se puede ver interrumpido por cosas como el estrés, en las mujeres por cambios hormonales, ingesta de antidepresivos, fatiga, problemas en la relación, la educación sexual, prejuicios y formación religiosa. Sin olvidar que a veces la carga de trabajo ocasiona que no haya lugar para hacerlo.

La frecuencia con la que se tiene sexo puede representar el éxito o fracaso en una relación, más allá de si es correcto o no. Las parejas pueden tener gustos o necesidades distintas en cuanto a las veces para tener relaciones, por lo que de no compaginar, empieza el problema, y uno de ellos presenta deseo sexual inhibido.

Por otro lado es de suma importancia la sincronía en una relación, ya que de no ser así, la excitación se difumina hasta desaparecer. Los ritmos en el sexo son como los de la música: algunas veces son lentos y pausados, mientras que otras son más rápidos e intensos.

Sandra Pertot, sexoterapeuta y psicóloga clínica, autora del libro When your sex drives don’t match, desarrolló el concepto de los 10 tipos de líbido, donde de estar en uno de ellos, explicaría la situación. Entre estos se encuentran:

Sensual: Durante el acto sexual lo que importa es lo emocional más que el desempeño físico; el sexo conecta emocionalmente con la pareja. Lo ideal es que si la pareja se niega a tener relaciones lo diga abiertamente siempre que se lo pidas.

Estresada: Se siente el deseo pero se evita por la preocupación de no satisfacer a la pareja. Esa inseguridad puede provenir de un periodo complicado, enfermedad o algo donde el sexo no es prioridad. Lo recomendable es identificar las expectativas respecto al sexo.

Desinteresada: No importa el sexo, pudo haber una transición de la estresada a ésta, o de forma natural se tiene poco interés en él. Se recomienda hacer algo al respecto y buscar alternativas y razones para tener relaciones en lugar de lo contrario.

Dependiente: Necesita el sexo para sentirse amada y segura, lo que se explica porque posiblemente en la adolescencia se lo usó, ya sea mediante la masturbación o sexo con pareja, para evitar el aburrimiento. Lo mejor es buscar actividades no relacionadas a algo sexual.

Indiferente: No hay preocupación por no tener relaciones sexuales, se puede satisfacer el deseo fácilmente con la masturbación. Las prioridades son otras, puede ser el trabajo. Lo ideal es que se hable en pareja acerca de las formas para compaginar la vida profesional y las presiones.

Otros tipos son la erótica, adictiva, reactiva, autoritaria, compulsiva. El deseo sexual puede ser dispar por que no se le da importancia, se le adjudica más valor a cosas como la compatibilidad de personalidad, educación, estatus social y económico, los cuales no ofrecen garantía en el sexo.

Aunque parezca, no es exclusivo del género femenino, ya que existe también el deseo sexual inhibido en los varones, donde el sexo se convierte en una fuente de frustración y vergüenza; entonces el hombre decide renunciar y evita cualquier situación que pueda conducirle a un encuentro sexual.

De no tener una plena satisfacción mutua, es necesario acudir a terapia, para que pueda haber una solución, ya que de no hacerlo puede terminar en una infidelidad, o en separación definitiva, incluso en una extensa monotonía sexual.

Por Héctor Ledezma

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Los jóvenes se encuentran en una encrucijada y en un alto riesgo a la hora de comenzar su vida sexual, ya que no todos toman las debidas precauciones y se enfrentan a algo que les puede cambiar la vida y llevar, si no se atiende, a la muerte.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) estima que cada año más de uno de cada 20 jóvenes contrae una ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual) curable (sin incluir infecciones virales) y más de la mitad de los nuevos casos de VIH ocurren entre los 15 y 24 años.

Por tal motivo, es de suma relevancia que los jóvenes y la sociedad en general conozcan cómo protegerse de las ETS, y desafortunadamente, en caso de tener una sospecha o enfermedad de transmisión sexual, sepan a dónde acudir, qué hacer y conocer las posibilidades de tratamientos que se pueden tener.

Los tiempos cambian, ahora en pleno siglo XXI se tiene acceso a mucha información en muchos aspectos y el sexual no es la excepción, lo curioso del asunto es que a pesar de esto los índices de enfermedades como VIH (Virus de Inmunodeficiencia Adquirida) y el VPH (Virus del Papiloma Humana) crecen y son los jóvenes los que más expuestos están por la desinformación y el poco conocimiento de la magnitud de las enfermedades.

VPH (Virus del Papiloma Humano)

Es una enfermedad que en los últimos años se ha vuelto “popular”, sobre todo en las mujeres, sin embargo es importante saber que este virus tiene una complejidad tal que no se debe tratar a la ligera y se debe conocer por lo menos lo básico para evitar adquirirla y que no es exclusiva de las mujeres, los varones también la adquieren.

Además de ser una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes, es también la causa principal de los cambios precancerosos en el cuello uterino y del cáncer de cuello uterino.

María Guadalupe Mexicano, médico general, sexóloga clínica, coordinadora del área de biomédicas en el IMESEX (Instituto Mexicano de Sexología) explica que el VPH “es un virus que como todos necesita de una célula para vivir, al vivir en las células causa alteraciones o en este caso forma alteraciones llamadas condilomas o papilomas, los cuales son una especia de verrugas, formaciones o deformaciones que se abultan en los órganos sexuales como la vagina, el ano o el pene, incluso la boca”.

¿Cómo detectarlo?

La prueba donde se puede detectar el VPH es el papanicolau, que consiste en tomar una muestra de la vagina, y ver las células y mediante esto observar si están bien o presentan alteraciones, si hay algo malo o raro se procede a una prueba más específica que es la colposcopia que se hace con un aparato que se llama colposcopio que lanza una luz y hace aparentes las lesiones.

El hombre también presenta VPH, pero ciertamente su piel es más resistente, ya que en la vagina hay mucosa y ahí se quedan los fluidos y es más fácil habitar el virus. En los varones de igual manera se detecta con la presencia de los condilomas que normalmente aparecen en el pene o el ano.

El tratamiento

Depende de dónde se encuentren las alteraciones y el avance de éstas. Se puede tratar por medio de frío en una llamada criocirugía, que es el depósito de sustancias y se trata lesión por lesión. Otra es la electrofurburación que es con calor, se rodea la lesión y se quema en la base de ésta y de igual manera es lesión por lesión. Y por último la cirugía que es retirar la lesión con un poco de tejido sano para evitar que quede algo, esta se hace en quirófano.

Riesgos

Los riesgos del VPH dependen de muchos aspectos como el tamaño y nivel de la alteración; puede afectar la reproducción y generar cáncer.

El VPH se controla, se puede mantener pasivo, pero existe. Las medidas preventivas son el sexo seguro, aunque siempre existe la posibilidad de tenerlo.

Existe una vacuna preventiva, que se pretende sirva para los tipos de papiloma agresivos, los llamados 6 y 11 causantes de condilomas y los 16 y 18 causantes de cáncer. Esta vacuna no existe a nivel población aunque sí se expende en el sector privado.

Recomendaciones

– Tener relaciones de sexo seguro, es decir con condón.

– Si se tiene el VPH lo que se recomienda es primero seguir los estudios médicos, tal vez buscar una segunda opinión, llegar a una determinación; es importante notificar a las parejas, y seguir con las medidas higiénicas.

– Durante el tratamiento no se deben tener relaciones sexuales.

– Hacerse el papanicolau una vez al año cuando se inicia la vida sexual

– Si se tiene más de una pareja se debe realizar el papanicolau una vez cada seis meses.

– Las núbiles (vírgenes) una vez al año cuando cumplan los 35 años.

¿Dónde hacerse el papanicolau?

La sexóloga recomienda tener un médico de cabecera para monitorear, en caso de no tener esta posibilidad en el Sector Salud se hacen el papanicolau gratis. En época de campañas de igual manera en el IMSS y el ISSSTE en caso de no ser derechohabiente, o en cualquier laboratorio particular.

Diana Sánchez, de 22 años, presenta un problema de VPH y comparte su experiencia.

Se enteró por casualidad: “Yo acostumbro hacerme el papanicolau cada año, desde hace cuatro me enteré de que ese estudio no identificaba el virus, así que me informé y decidí hacerme la colposcopia. No tuve ningún síntoma, creo que la vida y mi conciencia me dieron la oportunidad de resarcir en algo mi comportamiento irresponsable y algo dentro de mí me dijo que debía ir a realizarme ese estudio que por cierto es muy parecido al papanicolau”.

“Te acuestan en una camilla con las piernas abiertas, te introducen un espejo y por una televisión observan el cuello de la matriz, cuando la coloración de la cavidad es rosada quiere decir que todo está bien, pero si hay pigmentación blanca pues es signo inequívoco de la presencia de papiloma”.

Cuando se enteró de que tenía VPH “Me quería morir, uno sabe que esas cosas existen pero nunca piensas que te va a pasar a ti, lo ves como algo muy lejano hasta el momento en el que la doctora te dice «eso blanco es papiloma».

Afirma que su caso no fue desinformación, pero sí irresponsabilidad, pues decidió no usar condón, sabiendo que el sexo seguro es lo ideal, y esos fueron los resultados. Toma el asunto con buena vibra y filosofía : “Lo ideal es la información, siempre he pensado que el conocimiento es poder y me empapé de mucha más información de la que ya tenía, afortunadamente tengo amigos médicos y una pareja que me ha apoyado moral y económicamente”.

El VPH es un problema de salud que se puede evitar casi al 100% pues hay que recordar que el riesgo está siempre latente.

El gusto por tener muchas relaciones sexuales no necesariamente es algo placentero; existe la ninfomanía y satiriasis que tienen efectos negativos

No cabe duda que el tener relaciones sexuales o prácticas relacionadas como la masturbación, son de sumo placer para la mayoría de las personas, por lo que esas ganas y deseo de satisfacer esas necesidades están latentes gran parte del tiempo. Sin embargo, para la mayoría existe un tiempo, lugar y persona.

No es que se esté a favor o en contra de que se satisfagan los bajos instintos, después de todo el sexo es algo natural, y cada persona decide, al ser dueña de su cuerpo, qué es lo que hace con él.

Sin embargo, el tener relaciones sexuales o prácticas en demasía, siempre tiene sus consecuencias, y no son siempre positivas, incluso, no necesariamente es algo que se controle. Va más allá de si es bien visto o no el que alguien sea promiscuo o adicto al sexo.

La hipersexualidad o adicción al sexo, es el deseo de mantener un nivel de comportamiento sexual humano lo suficientemente alto como para ser considerado clínicamente significativo.

Las causas de la adicción pueden ser orgánicas, es decir, que se debe a lesiones, tumores o por accidentes angioencefálicos; también emocionales, donde puede creerse que las relaciones sexuales es la única forma de comunicación, asimismo puede ser por un trastorno psiquiátrico de obsesión por ciertas situaciones que hace que la persona incursione en actos que están relacionados con alteraciones de su vida social.

El sexólogo César Pérez del Imesex nos comenta:

«Primero hay que identificar qué es el sexo frecuente, lo cual, es algo relativo, para una persona tener relaciones una vez al día es tan normal como lo es para otra tenerlas una vez a la semana; entonces lo «normal» no existe jamás en sexualidad.» Cada pareja (si es que existe) decidirá en concenso qué será lo que a ellos les plazca, definirán la frecuencia del sexo.

Y si me gusta mucho el sexo…

El que a alguien le guste mucho tener relaciones sexuales no es algo malo, siempre que haya los cuidados pertinentes y se esté consciente de las consecuencias que puede haber, como las relacionadas a si se hace con una o varias parejas, con o sin protección, lo que repercutiría en infecciones de transmisión sexual, entre otras cosas.

El término ninfomanía, se relaciona a las mujeres y su excesivo gusto por las relaciones sexuales, pero lo característico de este problema y que lo diferencia de la promiscuidad, es que es un apetito sexual exagerado (lo normal no se define), pero tienden a dominar el pensamiento y a no sentirse satisfechas.

«Son mujeres insaciables (sexualmente hablando), no sienten satisfacción, lo cual hace que aun cuando tengan muchas relaciones sexuales sientan la necesidad de más y más; en los hombres se llama «satiriasis».

Lo importante aquí es que la adicción al sexo se vuelve un problema, porque se dejan de lado las demás ocupaciones; «es como decir «no me importa dormir, comer, trabajar; lo que me importa es el sexo y ya».

Muchas veces no es sólo el tener ganas, sino que el satisfacerlas puede meter en serios problemas a la persona, pues esa necesidad puede hacer que tengan relaciones en un lugar público (lo que implica sanción), que paguen por sexo o pornografía, entre otros.

Síntomas

Los síntomas son en teoría fáciles de percibir; la persona tiene deseos desmesurados por tener sexo, esto sin importarle si la otra persona, sea su pareja o no, se satisface; ante una desesperación es capaz de forzar a alguien a tener relaciones, esto porque pierde el control de su voluntad en materia sexual; tiene muchos cambios de pareja y busca la pornografía (adulta o infantil).

Otro factor importante es que se pueden evidenciar actitudes de alguna otra expresión comportamental, que incluso puede juntarse con drogas o alcohol.

Tenemos entonces que la adicción sexual no es sólo el querer tener relaciones a todas horas, sino el cómo afecta en la vida cotidiana. Las pérdidas pueden ser tanto afectivas como económicas; el no poder entablar una relación sentimental, pues ese no es el fin; perder la noción de lo que se hace y lo que no. Cabe decir que si se detecta este problema se puede tratar, aunque es difícil que se quite del todo, pues queda siempre la posibilidad de una recaída y en su mayoría la causa predominante es genética.

Si te gusta el sexo diario, no significa que seas hipersexual, sin embargo, para poder satisfacer las necesidades, la pareja deberá tener esas mismas características, de no ser así, jamás se debe forzar a nadie a tener relaciones, ni buscar alternativas si es que se tiene una pareja; si es que tienes más de una, tampoco significa que seas adicto al sexo. No hay en este caso diferencia entre hombres y mujeres, ambos pueden presentar hipersexualidad.

¿Eres adicto al sexo?, ¿Crees que es un problema?

Nuestro cuerpo está lleno de “regiones” que nos causan placer, son las llamadas zonas erógenas, muchas de las cuales aún desconocemos, así que ¡a perder el miedo y a dejarse tocar!

No hay peor enemigo en las relaciones que la monotonía y esto repercute también en el sexo; muchas parejas se quejan de que su vida sexual está acabada o que es más divertido ver televisión que darse un momento con su pareja.

Por otro lado, es cierto que la falta de creatividad y las pocas ganas de ponerle «algo más» a la relación, pueden ocasionar incluso que termine. Nada sale de la nada, para que las cosas vayan bien hay que pensarle un poquito y «aventarse» a probar cosas que seguramente no están tan lejos de tu alcance.

Mucho tienen que ver el ritmo de vida, las costumbres e ideas, pues algunos tienen miedo o pena a experimentar; otros, esperan que sea la pareja la que tenga la iniciativa; se deja de lado la imaginación, de gran ayuda a la hora de la verdad.

Zonas ero… ¿qué?

El órgano más grande de nuestro cuerpo es la piel y, como tal, nos da muchas sensaciones placenteras. ¿Cuántos no brincamos ante el sólo roce de una mano, de todo un cuerpo, de un beso o una caricia? Sentimos un cosquilleo que nos recorre todo el cuerpo, nos ponemos rojos o «calientes» y todo eso nos invita a algo más.

Seguro todos hemos oído hablar de las zonas erógenas, relacionadas 100% a la sexualidad; son partes del cuerpo sensibles a una estimulación, la cual puede llegar de muchas maneras y que, de cierta forma, nos prepara para la relación sexual.

César Pérez, sexólogo, nos comenta:

«No podemos generalizarlas, pues en cada persona hay distintas zonas erógenas; aunque las más comunes son el cuello, los órganos sexuales, los pezones, los muslos, las piernas, los glúteos, la espalda.»

A pesar de que hay unas muy comunes, cada persona ubica y reconoce cuáles son sus zonas erógenas (si se lo permite), pues aún en una misma zona cada persona tiene una sensación diferente. La estimulación de una zona erógena casi siempre nos lleva a una respuesta sexual, «te excita o mantiene la excitación.»

Ya se ha comentado sobre el aventarse a conocerse, autoexplorarse, pues sólo así podrán identificar qué les gusta y qué no. Las zonas erógenas están presentes, pero si no se descubren, no se podrán disfrutar: «Hay muchos que no permiten que les toquen determinada parte, aún sabiendo que les gusta; eso ya es personal.»

Sabemos que los órganos sexuales son por excelencia una zona erógena, pero hay muchas que ni nosotros mismos conocemos. Así que lo ideal es que se dejen un poco atrás los tabúes respecto a los temas sexuales y que vivan su sexualidad plenamente, que se atrevan a sentir. No es una invitación, pues a fin de cuentas cada uno es dueño de su cuerpo y por lo tanto de cómo vive su sexualidad.

Las zonas erógenas van cambiando con los años, «cuando sé es adolescente, se desconocen muchas; con el paso del tiempo y la experiencia, se van descubriendo más; es importante que se atrevan a conocerse, pues una determinada zona erógena puede ser descubierta y tratada de formas distintas; no se responde de igual forma ante un beso o una caricia, ni tampoco ante una persona u otra».

Es importante decir que la mente juega un papel muy importante, pues aunque las zonas erógenas deben responder de forma casi automática, pues son sensibles, si las toca alguien por quien sentimos rechazo, la respuesta no será igual que si es alguien que nos gusta.

El sexólogo recomienda además que se vaya descubriendo poco a poco y que se animen a decir si algo les gusta o no, ya que por pena puede que se priven de satisfacción.

Las zonas erógenas son parte de nuestro cuerpo y depende de cada uno si las ignoramos o hacemos uso de ellas. Son aliadas en las relaciones sexuales y cumplen un papel importante en la sexualidad.


ÉSTE ES HÉCTOR LEDEZMA…CONÓCEME

Twitter: @natheleo

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Periodista y comunicólogo, editor, amante del tenis, de la vida, de la sexualidad como parte inherente al ser humano.

Comencé mi carrera en El Universal, en el sitio para jóvenes tva.com.mx, posteriormente llamado De10.mx donde fui redactor de sexualidad, además de reportero.

Coeditor en el sitio hiperlocal El Universal Del Valle, y en El Universal Estado de México.

Actualmente columnista de sexualidad y editor en el Semanario Hoy Valle de México del Estado de México.

Me gusta el teatro, el cine, la televisión, los espectáculos en general, por ello soy bloguero en Del Cielo a la Tierra

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