No Walls, No Limits by Héctor

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Son comunes en el rostro, la lengua y hasta los pezones, pero en los genitales, aunque existen, tienen riesgos y una carga emocional fuerte

Por Héctor Ledezma

Los piercings son muy populares en el rostro o lengua, y aunque también incluyen los pezones y los genitales, en éstos últimos hay riesgos para tener en cuenta, además de que por la zona, generan una carga sexual y emocional fuerte, de hecho son colocados con el fin de tener más placer.

Las mujeres que se ponen piercings en el clítoris, por ejemplo, según estudios, tienen más relaciones sexuales y son más excitables, pero no se sabe si es que al tenerlo están más dispuestas o se lo ponen para estarlo; es decir, no está claro si es causa o efecto, así lo publica larazon.es.

Estudios del Instituto Mexicano del Seguro social estiman que el 50 por ciento de las personas que se practican piercings representan infecciones en la zona perforada, así lo menciona esmas.com.

Uno de los principales riesgos en las mujeres es la cicatrización, que tarda de cuatro a seis semanas; además puede generar alguna infección y en una relación sexual ser causa de rompimiento de condón. En el caso de los piercings en pezones, puede ocasionarles una mastitis, que es una inflamación mamaria.

La sombra de las enfermedades de transmisión sexual aparece también, ya que puede haber riesgo de contagio de VIH si es que hay un desprendimiento de piercing, que puede ser por una relación sexual fuerte.

También se le suma el virus de la hepatitis B, que puede causar hepatitis crónica y cáncer hepático, ya que si no se emplean técnicas estériles se pueden introducir bacterias por lo que es necesario tener algunos aspectos en cuenta:

*Tener aplicada la vacuna antitetánica.

*No tener antecedentes alérgicos de relevancia.

*Tener una buena higiene antes de que se coloque el piercing, asimismo mantener los cuidados después de tenerlo.

*Controlar la zona y recurrir al médico ante síntomas como fiebre, dolor o molestias.

*Acudir a lugares establecidos y reconocidos.

Los piercings genitales incluyen:

Masculinos:

-Didoe o Dydoe: se coloca una barra a través del borde de la base del glande. Generalmente se suele practicar en hombres circuncidados, a menudo doble.
– El Príncipe Alberto: es el más practicado. Es una joya que se coloca en el extremo del pene. Penetra en la uretra y vuelve a salir al lado del frenillo, bajo el glande. Se suele poner un aro, pero también se puede poner una barra curvada.
– Ampallang: se trata de una barra que atraviesa el glande en sentido horizontal, más o menos arriba, en función de si se quiere atravesar la uretra o no. Es delicado de poner debido a los tejidos cavernosos.

Femeninos

– Capuchón del clítoris: se atraviesa horizontal o verticalmente el capuchón que cubre el clítoris con un aro o una barra. Es una fuente de placer gracias al frotamiento del piercing sobre el clítoris.
– Clítoris: un aro o una barra atraviesan el clítoris. Se practica muy poco, ya que necesita una morfología particular y puede disminuir las sensaciones con el tiempo.

Tienen su historia

Los piercings en los genitales no son nuevos, el conocido como «Prince Albert» que se pone en el glande, tiene sus orígenes en 1825, cuando el príncipe Albert se perforó esa zona para sujetárselo con un gancho y que no se le notara, ya que en esa época se utilizaban los pantalones muy ajustados, así lo menciona el blog Cuerpo y Arte. Este es el más popular entre los varones.

Los romanos practicaban la «infibulación que consistía en colocar candados en los genitales masculinos y femeninos, para evitar el sexo entre sus esclavos. La perforación del escroto («Hafda» en árabe) tiene su origen en Arabia, el Norte de África y Medio Oriente y se hacía como ritual de iniciación a la adultez.

La velocidad y lo inesperado del encuentro puede ayudar en el aspecto sexual para romper con la rutina y el estrés.

Por Héctor Ledezma

En el coche, en el cine, en el parque, en la sala, en la casa de tus papás, en el cuarto del hermano, en una fiesta, etcétera, es común echarse un «rapidín», saciar las ganas cuando no hay oportunidad o tiempo de ir a un hotel o un lugar más íntimo.

Aunque esos momentos suelen ser sumamente excitantes, no intentamos promoverlos, pues hay que tener presente que por las «prisas» se puede olvidar la protección y, con ello, aumentar el riesgo de alguna infección de transmisión sexual o de un embarazo ; sin embargo, los sexólogos recomiendan estas prácticas sexuales cuando no se tiene el tiempo para planear una relación sexual o simplemente se está contra el tiempo.

Por ejemplo, para una pareja casada en la que ambos trabajan es complicado hacer el amor a cualquier hora, casi siempre es de noche o de día, lo que puede generar rutina. Los lugares ocasionales «no existen», lo común es en la recámara y de noche cuando ya se está relajado y dispuesto.

Una pareja que no tenga estos problemas vive su sexualidad de una manera distinta y es en ellos donde los «rapidines» son muy comunes, a veces estos derivan de un «faje», lo cual también es recomendable pues ayuda a la excitación.

Los encuentros sexuales exprés obedecen, muchas veces, al deseo de una vida sexual plena y sobre todo muy activa. ¿Cuánta gente puede decir que vive su sexualidad plenamente? Seguro, muchos, pero también está comprobado que una vida sexual «insuficiente» es causante de rompimientos, divorcios, discusiones, infidelidades. El sexo, por consiguiente, debe tener un espacio. Para eso se necesita un lugar y tiempo, así que hay que buscarlo.

En los «rapidines», los lugares más comunes son los de «riesgo» para ser descubiertos, el cine, por ejemplo, es uno de los lugares por excelencia; es común sentarse en las butacas del final, con las luces apagadas y pues como la gente está viendo una cinta quién puede darse cuenta.

Sin embargo, el lugar adecuado no existe, cada pareja irá descubriendo qué es lo que les gusta. Sea cual sea tu preferencia, tus gustos y tu sentir a la hora de tener una relación sexual es importante hacer lo que quieres con responsabilidad, evitar las rutinas, fomentar la comunicación en la pareja, protegerse y, sobre todo, entenderse y aceptarse.

Por Héctor Ledezma

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Los jóvenes se encuentran en una encrucijada y en un alto riesgo a la hora de comenzar su vida sexual, ya que no todos toman las debidas precauciones y se enfrentan a algo que les puede cambiar la vida y llevar, si no se atiende, a la muerte.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) estima que cada año más de uno de cada 20 jóvenes contrae una ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual) curable (sin incluir infecciones virales) y más de la mitad de los nuevos casos de VIH ocurren entre los 15 y 24 años.

Por tal motivo, es de suma relevancia que los jóvenes y la sociedad en general conozcan cómo protegerse de las ETS, y desafortunadamente, en caso de tener una sospecha o enfermedad de transmisión sexual, sepan a dónde acudir, qué hacer y conocer las posibilidades de tratamientos que se pueden tener.

Los tiempos cambian, ahora en pleno siglo XXI se tiene acceso a mucha información en muchos aspectos y el sexual no es la excepción, lo curioso del asunto es que a pesar de esto los índices de enfermedades como VIH (Virus de Inmunodeficiencia Adquirida) y el VPH (Virus del Papiloma Humana) crecen y son los jóvenes los que más expuestos están por la desinformación y el poco conocimiento de la magnitud de las enfermedades.

VPH (Virus del Papiloma Humano)

Es una enfermedad que en los últimos años se ha vuelto “popular”, sobre todo en las mujeres, sin embargo es importante saber que este virus tiene una complejidad tal que no se debe tratar a la ligera y se debe conocer por lo menos lo básico para evitar adquirirla y que no es exclusiva de las mujeres, los varones también la adquieren.

Además de ser una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes, es también la causa principal de los cambios precancerosos en el cuello uterino y del cáncer de cuello uterino.

María Guadalupe Mexicano, médico general, sexóloga clínica, coordinadora del área de biomédicas en el IMESEX (Instituto Mexicano de Sexología) explica que el VPH “es un virus que como todos necesita de una célula para vivir, al vivir en las células causa alteraciones o en este caso forma alteraciones llamadas condilomas o papilomas, los cuales son una especia de verrugas, formaciones o deformaciones que se abultan en los órganos sexuales como la vagina, el ano o el pene, incluso la boca”.

¿Cómo detectarlo?

La prueba donde se puede detectar el VPH es el papanicolau, que consiste en tomar una muestra de la vagina, y ver las células y mediante esto observar si están bien o presentan alteraciones, si hay algo malo o raro se procede a una prueba más específica que es la colposcopia que se hace con un aparato que se llama colposcopio que lanza una luz y hace aparentes las lesiones.

El hombre también presenta VPH, pero ciertamente su piel es más resistente, ya que en la vagina hay mucosa y ahí se quedan los fluidos y es más fácil habitar el virus. En los varones de igual manera se detecta con la presencia de los condilomas que normalmente aparecen en el pene o el ano.

El tratamiento

Depende de dónde se encuentren las alteraciones y el avance de éstas. Se puede tratar por medio de frío en una llamada criocirugía, que es el depósito de sustancias y se trata lesión por lesión. Otra es la electrofurburación que es con calor, se rodea la lesión y se quema en la base de ésta y de igual manera es lesión por lesión. Y por último la cirugía que es retirar la lesión con un poco de tejido sano para evitar que quede algo, esta se hace en quirófano.

Riesgos

Los riesgos del VPH dependen de muchos aspectos como el tamaño y nivel de la alteración; puede afectar la reproducción y generar cáncer.

El VPH se controla, se puede mantener pasivo, pero existe. Las medidas preventivas son el sexo seguro, aunque siempre existe la posibilidad de tenerlo.

Existe una vacuna preventiva, que se pretende sirva para los tipos de papiloma agresivos, los llamados 6 y 11 causantes de condilomas y los 16 y 18 causantes de cáncer. Esta vacuna no existe a nivel población aunque sí se expende en el sector privado.

Recomendaciones

– Tener relaciones de sexo seguro, es decir con condón.

– Si se tiene el VPH lo que se recomienda es primero seguir los estudios médicos, tal vez buscar una segunda opinión, llegar a una determinación; es importante notificar a las parejas, y seguir con las medidas higiénicas.

– Durante el tratamiento no se deben tener relaciones sexuales.

– Hacerse el papanicolau una vez al año cuando se inicia la vida sexual

– Si se tiene más de una pareja se debe realizar el papanicolau una vez cada seis meses.

– Las núbiles (vírgenes) una vez al año cuando cumplan los 35 años.

¿Dónde hacerse el papanicolau?

La sexóloga recomienda tener un médico de cabecera para monitorear, en caso de no tener esta posibilidad en el Sector Salud se hacen el papanicolau gratis. En época de campañas de igual manera en el IMSS y el ISSSTE en caso de no ser derechohabiente, o en cualquier laboratorio particular.

Diana Sánchez, de 22 años, presenta un problema de VPH y comparte su experiencia.

Se enteró por casualidad: “Yo acostumbro hacerme el papanicolau cada año, desde hace cuatro me enteré de que ese estudio no identificaba el virus, así que me informé y decidí hacerme la colposcopia. No tuve ningún síntoma, creo que la vida y mi conciencia me dieron la oportunidad de resarcir en algo mi comportamiento irresponsable y algo dentro de mí me dijo que debía ir a realizarme ese estudio que por cierto es muy parecido al papanicolau”.

“Te acuestan en una camilla con las piernas abiertas, te introducen un espejo y por una televisión observan el cuello de la matriz, cuando la coloración de la cavidad es rosada quiere decir que todo está bien, pero si hay pigmentación blanca pues es signo inequívoco de la presencia de papiloma”.

Cuando se enteró de que tenía VPH “Me quería morir, uno sabe que esas cosas existen pero nunca piensas que te va a pasar a ti, lo ves como algo muy lejano hasta el momento en el que la doctora te dice «eso blanco es papiloma».

Afirma que su caso no fue desinformación, pero sí irresponsabilidad, pues decidió no usar condón, sabiendo que el sexo seguro es lo ideal, y esos fueron los resultados. Toma el asunto con buena vibra y filosofía : “Lo ideal es la información, siempre he pensado que el conocimiento es poder y me empapé de mucha más información de la que ya tenía, afortunadamente tengo amigos médicos y una pareja que me ha apoyado moral y económicamente”.

El VPH es un problema de salud que se puede evitar casi al 100% pues hay que recordar que el riesgo está siempre latente.

Por Héctor Ledezma

El sexo oral es una de las prácticas que más se disfruta, sin embargo, muchas mujeres se quejan de que no saben cómo hacérselos, mientras que otras sienten repulsión al acto

Dentro de las prácticas sexuales más populares y placenteras está el sexo oral, ya que permite una buena estimulación además de que es algo que se realiza perfectamente en pareja, tanto hombres como mujeres pueden hacerlo y disfrutarlo.

Sin embargo, como en todo lo relacionado al sexo, hay mitos que no permiten que se disfrute de una sexualidad plena, poniendo barreras tanto para dar como para recibir; también es fuente de temor por contraer alguna infección de transmisión sexual y por ser considerado a veces como «algo sucio».

Sobre esto platicamos con la sexóloga y psicoterapeuta Josefina Flores:

«El sexo oral es una de las opciones para vivir la sexualidad; muchas personas lo refieren como una de las actividades más íntimas, por lo que no todos lo hacen o lo piden, incluso hay parejas que deciden no vivirlo y son las mujeres las que en su mayoría no quieren compartir esta experiencia, ni haciéndola ni recibiéndola.»

La educación sexual es de suma importancia, por desgracia se carece de ella en demasía, por lo que los órganos sexuales son vistos como algo sucio y, en el caso de las mujeres, les da pena pedirlo o hacerlo, ya que posiblemente no han asumido su propio cuerpo, no es algo que se les enseñe desde pequeñas; cosa distinta en los hombres que tienen un contacto más directo desde temprana edad.

«Es muy raro que las mujeres vean y por lo tanto conozcan sus órganos sexuales, parece que no logran integrarlos a su imagen corporal; a veces es la higiene lo que las limita, sin embargo, lavando adecuadamente y teniendo ciertos cuidados la vagina está perfecta .»

«No me gusta el sexo oral»

El sexo oral, como muchas otras prácticas sexuales, es un cúmulo de sensaciones, muchas de las cuales pueden ser demasiado intensas, y el no incorporarlas es también parte del rechazo: «La vulva y el clítoris son infinitamente sensibles, y hay que reconocer que mucha gente es brusca, hay que ir tanteando qué es lo mejor para cada quien, lo que puede gustarle a una mujer puede disgustarle a otra. Es más sencillo si la mujer se contempla y se conoce para que pueda guiar y por lo tanto, disfrutar.»

Algunos afirman que lo prohibido es lo más placentero, otros que si no es bien visto es por «algo». Todos tenemos derecho a disfrutar de la sexualidad y hay infinidad de maneras para hacerlo, siempre hay invitación a probar y, con base en ello, decidir.

«No hay mujeres anorgásmicas, sino malas lenguas»

Las mujeres que aceptan el sexo oral como una práctica recurrente, afirman, entre otras cosas, que no les gusta cómo se los hacen, pues no son gentiles y sí muy bruscos. Las siguientes son unas de las cosas que dicen ellas respecto al sexo oral (buenas y malas):

– No me gusta que esté sin lavarse, con olor a vestuario.
– Me duele cuando lo hace de manera brusca.
– Me enoja que no se baje a besarme porque dice que huelo muy fuerte.
– Siempre dice que le da asco.
– Me encanta cuando me besa suavemente por todo el clítoris y los labios.
– Me da un goce sublime cuando recorre toda mi zona de la vulva y el clítoris, sin apresurarse al coito.

En el caso de las infecciones de transmisión sexual, está comprobado que en el caso de VIH el porcentaje de contagio es mínimo; sin embargo, hay otro tipo de infecciones que pueden contraerse, pero pueden evitarse con un chequeo y, sobre todo, mucha higiene. La sexóloga recomienda no usar productos, salvo que un médico ginecólogo lo recomiende, basta con jabón neutro y agua.

La comunicación es muy importante: «A veces les da mucha pena hablar sobre el asunto y no detectas qué es lo que pasa, es bueno decir qué es lo que no les gusta, lo que sí; no es forzar, sino invitar, lo ideal es intentarlo unas tres veces, es como con la comida, si probamos un sabor muy nuevo puede no gustarnos, pero hay que saborearlo; si les gusta qué bien, si no hay que respetarse.»

Las mujeres son mucho más sensibles, el acto sexual no es sólo goce, por lo que a veces se sienten aisladas y hasta utilizadas. «Las mujeres dicen ‘Nada más pasa allá abajo, no me ves’, por lo que no hay que perder la relación, no hay que enfocarse sólo a los órganos sexuales, les importa sentirse queridas, que importan, no les gusta sentirse desconectadas, es bueno que mientras se realiza el sexo oral, las manos hagan alguna otra cosa.»

Tips para un buen sexo oral

– Los dientes no son invitados, sólo se recomiendan para dar un pequeño mordisco que pueda ser excitante (esto aplica para hombres y mujeres).
– Hay que poner mucha atención a los gestos, gemidos que puedan hacer, pues es un indicativo de si se está haciendo bien o no.
– Lo mejor es comenzar lentamente, con pequeños besos, jugar con los dedos, para ir aumentando la excitación.
– Hay que ir intercalando el sexo oral con el juego que puedan hacer las manos, los movimientos de la lengua que sean diversos, un soplido cuando están húmedos los órganos sexuales es excitante.
– Intenta probar el 69, donde los dos puedan experimentar sensaciones al mismo tiempo, si te distrae mejor evítalo.
– La gentileza es lo mejor, ser suave e incrementar sólo si la pareja lo pide; también puedes intentar subir de tono y si lo acepta, seguir.
– Las palabras sobran durante la práctica, no es recomendable decir algo, ya que puede distraer.
– La higiene es de suma importancia, es mejor si puedes asegurarte que estás limpi@ y que, por lo tanto, no habrá errores en ello.
– Usa mucho la imaginación.

Y ellos qué…

En el caso de los hombres, sin duda es casi una práctica obligada; es muy raro el hombre que afirma que no le gusta el sexo oral; puede que no le guste hacerlo, pero recibirlo es de lo más requerido; en los homosexuales es casi una práctica obligada.

Los hombres se caracterizan por ser menos sentimentales y cariñosos; una de sus fantasías es terminar en la boca de su pareja durante el sexo oral, sin embargo, a muchas mujeres no les atrae; puede generarles la sensación de ser utilizadas, pues muchos hombres debido a la extrema excitación manejan a su antojo la situación.

En general, es una práctica que puede ser tabú, pero no hay porqué no intentarlo ni tampoco obligarlo, siempre es importante estar de acuerdo.


Aparece el VIH

Saúl sabía sobre el VIH, no era algo que no entendiera: «Yo estaba en mi ruleta rusa cada tercer día, todas las semanas»; hasta que llegó lo inevitable, la sombra del VIH se convirtió en realidad.

Estaba con una persona, en septiembre del año pasado lo dejó de ver, al poco tiempo esa persona lo llamó y le dijo que tenía VIH: «No me asustó, pero me hice la prueba en noviembre y salió negativa; decidí hacerla meses después y volvió a ser el mismo resultado, pero me empecé a enfermar; de hecho desde hace cuatro años tengo un padecimiento de anginas, además de que tenía dudas por la vida que llevaba.

«Las pruebas me las hice en laboratorios «patito», uno de ellos ya no existe; empecé con diarrea que se prolongó hasta agosto de este año, adelgacé, llegué a pesar 53 kilos, cuando pesaba 68. Caí en cama, estuve con suero tres días, acudí al médico por una infección estomacal; los médicos no entendían; me mandaron a hacer la prueba de VIH y salió positiva». También padece diabetes y un pequeño tumor en la cabeza.

Su caso es un tanto alarmante, pues él sabía sobre las pruebas, se las comenzó a realizar hace siete años; de ahí se la hizo tres años después, en ese lapso las parejas sexuales ya eran demasiadas. Hasta que le dicen que una de sus parejas estaba infectada, se hace otras dos que fueron negativas, y cuando le hacen los estudios correspondientes, viendo su estado, su desgaste y el tipo de vida que llevaba, determinan que aproximadamente tiene con el VIH cuatros años; ya es SIDA.

Saúl se realizó las pruebas en laboratorios privados porque desconfiaba de las instituciones públicas, «eso no fue bueno, porque en los privados no había especialistas, desde la terapia notas un cambio». El sector público muestra buenas opciones en consejería y seguridad en las pruebas. El caso de Saúl es una muestra de que si una de sus pruebas hubiera arrojado el resultado correcto, su estado de salud sería mejor.

El tratamiento

Su tratamiento consta de dos pastillas que debe tomar de por vida;los rascos se los dan gratis, aunque su costo es de cerca de los 15mil pesos. El lugar donde se atiende es un Capasits (Centros Ambulatorios de Prevención y Atención en Sida e Infecciones de Transmisión Sexual). El proceso ha sido rápido, de inmediato le hicieron la prueba Western Blot que salió positiva, le controlaron sus malestares y debe tomar además medicamentos para la diarrea, gripe, entre otras (esos corren por su cuenta).

Al momento de sus análisis que realizó en el INER (Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias) sobre las defensas y carga viral, «lo que los doctores llaman CD4». El resultado fue que estaba al 12% de sus defensas, «el doctor no creía que pudiera estar en pie con esos resultados, lo que tengo ya es SIDA, y sólo debo seguir las indicaciones y no dejar de tomar las pastillas, porque si no el virus en 24 horas se reproduce 4 veces más.» Tiene dos meses que le dieron el resultado, el tratamiento durará el tiempo necesario; anexo a esto debe cumplir con pláticas y talleres que son obligatorios.

Mañana la última parte


ÉSTE ES HÉCTOR LEDEZMA…CONÓCEME

Twitter: @natheleo

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Periodista y comunicólogo, editor, amante del tenis, de la vida, de la sexualidad como parte inherente al ser humano.

Comencé mi carrera en El Universal, en el sitio para jóvenes tva.com.mx, posteriormente llamado De10.mx donde fui redactor de sexualidad, además de reportero.

Coeditor en el sitio hiperlocal El Universal Del Valle, y en El Universal Estado de México.

Actualmente columnista de sexualidad y editor en el Semanario Hoy Valle de México del Estado de México.

Me gusta el teatro, el cine, la televisión, los espectáculos en general, por ello soy bloguero en Del Cielo a la Tierra

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