No Walls, No Limits by Héctor

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Por Héctor Ledezma

Existen muchas y muy conocidas expresiones del comportamiento sexual, antes llamadas parafilias, una de ellas, es el vouyerismo, que de acuerdo con el sexólogo César Pérez es el gusto o atracción por observar a otras personas, ya sea desnudas, teniendo relaciones o en posiciones sugerentes, sin que éstas se den cuenta. Lo anterior, con el fin de excitarse y hasta masturbarse.

De acuerdo a educasexo.com, a muchos les gusta imaginar a su pareja con otra persona, incluso les agrada que cuenten experiencias pasadas, sienten gusto y excitación con pensar en el otro como agente sexual activo. Cuando deja de ser una fantasía y se aterriza, se llama candaulismo.

A principios del siglo XX se trataba de una práctica habitual en burdeles franceses, donde los maridos observaban cómo sus mujeres se acostaban con otros hombres.

En efecto, el candaulismo, es una experiencia donde una persona se excita al ver a su pareja teniendo relaciones sexuales con otra, él no se incluye pues esto se convertiría en un trío; tampoco incluye a más de tres, porque sería una orgía; y no es un intercambio de parejas (swinger), porque sólo uno de los dos tiene relaciones.

La línea que divide a una práctica de otra es muy pequeña, expresa César Pérez, por ello pueden confundirse; sin embargo, señala, cada una tiene sus características que los hacen diferentes, y todas comparten el previo acuerdo, pues las dos partes estarán conscientes de los riesgos.

En particular, en el candaulismo se da una relación entre un vouyerista y un exhibicionista, es decir, el sujeto que gusta de ver, no lo haría sin uno al que le gusta que lo vean, indica sexualidadsana.com

El sexólogo comenta que no es sencillo encontrar una pareja así, «tampoco es que se vaya por la vida buscando satisfacer ese gusto, pues es una práctica tan indispensable como se quiera».

«Como toda actividad sexual en pareja, debe ser platicada y analizada, eligiendo el cómo, con quién y dónde, sabiendo cuál es el objetivo y que a los dos los satisfaga», explica César Pérez.

Y agrega: «También, se debe definir si es para experimentar, conocer o como un gesto de amor, donde está implícita la confianza, la comunicación, los límites y el respeto. Estas prácticas no son para gente enferma como creen algunos, son individuales o de pareja. Además, se requiere de mucho «valor» para externar esos deseos o inquietudes».

Lo cierto es que ellos son más visuales que ellas, por eso diríamos que existen más hombres vouyeristas que mujeres, por lo que no sería raro que un hombre sea más propenso a una actividad como el candaulismo. Incluso, los hombres pueden excitarse más fácilmente con sólo ver, y ellas requieren algo más que eso, señala el sitio sexualidad.es

Como toda práctica sexual, difiere mucho lo que pasa en la imaginación con la realidad. Antes de realizarla, se debe estar consciente de que se puede alterar la relación y hasta romperse. En ocasiones se pueden disparar periodos de celos enfermizos. A su vez, puede traer problemas emocionales, sobre todo para quien realiza la relación sexual, pues puede sentirse como objeto, explica tusexualidad.info

Por Héctor Ledezma

Las expresiones comportamentales de la sexualidad, antes llamadas parafilias, no tienen nada que ver con la orientación sexual, ni son dañinas, a menos que sean expresadas erróneamente o atenten contra la integridad de alguien. Entre las más conocidas están el vouyerismo, la zoofilia, la necrofilia, el sadismo y el masoquismo.

El fetichismo, considerado una expresión comportamental de la sexualidad, consiste en el gusto de obtener y/o poseer objetos pertenecientes o representativos de determinadas personas.

De esta se deriva una práctica llamada misofilia, que es amor por lo sucio, por medio de elementos, principalmente ropa íntima, no lavados. Se puede realizar masticando, oliendo, vistiendo o con alguna otra acción de esos elementos, solo o con otra persona.

Esta expresión no se considera anormal, siempre que, como todo comportamiento, no genere daños a terceros y sea bajo propio consentimiento. Si se hace algo en pareja, es de común acuerdo.

El blog elsyreyes.com, destaca que esta práctica, muy popular en Japón, es un negocio redituable. Existen las buruseras, las cuales son tiendas donde las chicas venden su ropa interior sucia.

En estos comercios también se venden uniformes escolares y trajes de baño. Algunas traen una foto de la persona que usó la prenda. Los clientes en su mayoría son hombres, que ven en este tipo de fetichismo, una forma de estimulación sexual.

Las namaseras, por otro lado, son una vertiente más, pero las chicas que venden su prenda están presentes. El cliente elige a una y ante él se quitan la prenda. Están a la venta desde los 730 hasta los 1400 pesos, y mientras más sucias mejor.

En 2004 muchas mujeres que vendían sus prendas abandonaron la actividad por una ley que prohibía este «trabajo» entre menores de edad.

El proceso de venta, de acuerdo con foroanime.com, funciona de la siguiente manera:

1. Las chicas compran una prenda barata, la usan por dos o tres días, dependiendo el gusto, sin cambiársela.

2. Van a la tienda que se dedica a la compra y venta de estos artículos y la entregan.

3. Reciben 10 veces el precio que les salió la prenda original. La ropa se ponen en estanterías donde son empaquetadas para conservar el aroma.

En general, la misofilia es una práctica que no se ha extendido a muchos lugares, pero al ser un tipo de fetichismo, guarda mucho de él, por lo que no es tan ajeno o lejano el «amor» por una prenda u objeto, al cuál siempre se verá como sinónimo de placer y estimulación sexual.

Ser golpeado, observar imágenes sexuales, vestirse con ropa del sexo opuesto, son sólo algunas de las distintas expresiones comportamentales de la sexualidad

En la sexualidad incluyen infinidad de acciones, expresiones y emociones que se dan en algunas personas o parejas; muchas se desconocen, otras mas bien no son practicadas; hasta 1985, algunas eran llamadas «parafilias», pero el Instituto Mexicano de Sexología las nombró expresiones comportamentales de la sexualidad.

Sigmund Freud contemplaba bajo el término de perversiones, todos los comportamientos sexuales que desviaban el objeto de la sexualidad así como su fin. Para Freud, la sexualidad debía de tener por objetivo el intercambio de fluidos entre dos adultos, hombre y mujer. Aceptó que hubiera juegos previos de tipo «perverso», pero siempre y cuando no sustituyeran al coito.

Ésa es una de las razones por las que este tipo de expresiones, antes llamadas «parafilias», que desvían la finalidad del coito, como el voyeurismo, o bien los que desvían el objeto, como la zoofilia, eran consideradas perversas; de ahí la connotación de pervertido a la persona que tiene preferencias sexuales «anómalas» o «anormales».

César Pérez, sexólogo y psicoterapeuta del Imesex, comenta: «Estas expresiones forman parte de las personas y cada uno decide si le gusta alguna, si la practica y la comparte; no tienen nada que ver con la orientación sexual, ni son malas o dañinas, a menos que sean expresadas erróneamente o a la fuerza.»

En algunas sociedades, la mayoría no son aceptadas por considerar que atentan a las buenas costumbres y porque algunas requieren o contemplan actos que no son bien vistos y que incluyen a terceras personas. Por otro lado, hay quien las practica y no sabe cómo se llaman, pues es curioso que hasta lo más común es una expresión comportamental de la sexualidad.

Las + comunes

Sadismo: Expresión comportamental de la sexualidad en la que los individuos gustan de infligir dolor físico, someter, vejar o hacer que otros dependan de ellos.

Masoquismo: Expresión comportamental de la sexualidad en que la persona gusta del dolor físico, de la sumisión, de la vejación e incluso de la dependencia marcada de otra persona.

Pedofilia: Expresión comportamental de la sexualidad que consiste en el gusto o la atracción hacia personas que se encuentren en la niñez o notablemente menores.

Fetichismo: Expresión comportamental de la sexualidad mediante la cual se gusta de obtener y/o poseer objetos pertenecientes o representativos de determinada(s) persona(s).

Escoptofilia o voyeurismo: Expresión comportamental de la sexualidad en la que las personas gustan de ver otros cuerpos y/o expresiones amorosas de otras personas.

Travestismo: Expresión comportamental de la sexualidad en la que las personas gustan de utilizar prendas, maneras, expresiones, accesorios o adornos característicos del sexo opuesto.

Existen muchos mitos alrededor de algunas de estas expresiones, así como cosas que hay que puntualizar, por ejemplo, en lo que se refiere al travestismo, no necesariamente es práctica de personas homosexuales, pues «la mayoría que lo realiza es heterosexual, tampoco es exclusiva de hombres.»

Como en todo hay límites y éstos deben auto-plantearse. No puedes jamás forzar a alguien y ejercer la violencia para que suceda, eso es un delito y ni hablar de las repercusiones que habría en casos tan lamentables y cuestionables como la pedofilia.

En general, las expresiones comportamentales no son dañinas, ni peligrosas, siempre que se esté en perfecto orden mental y que no se juegue con la integridad física, lo cual puede sonar contradictorio si hablamos de masoquismo, pero «a fin de cuentas eso les satisface, es como el dolor igual a placer, para ellos se vale.»

Y para dejar en claro que no todas las expresiones son raras o ajenas citemos otras más:

Grafofilia: Expresión comportamental de la sexualidad en la que se gusta de escribir y dibujar.

Audiofilia: Expresión comportamental de la sexualidad en la que se gusta de escuchar el medio ambiente, música etc.

Gastrofilia: Expresión comportamental de la sexualidad en la que se gusta de comer, (comida en general) o bien por un determinado alimento.

El sexólogo César Pérez nos habla de siete fases que hay en las expresiones comportamentales, las cuales pueden ser eróticas y no eróticas:

1. Mínima no erótica: Son las acciones y/o expresiones que hacemos día con día, como el comer, trabajar, bañarse.

2. Acentuada: Está ligada a lo que haces o te gusta, pero es pasional, un poco más allá del simple gusto; por ejemplo, comer es algo no erótico, pero si eres un chef, ves la comida de una manera distinta o un artista que gusta de que lo vean o admiren.

3. Erótica: En esta fase entra la parte erótica y la fantasía; es hacer algo con lo que te gusta; siguiendo con el ejemplo de la comida, que ésta se convierta en parte de un acto sexual o erótico, como el untar crema, mermelada, chocolate.

4. Erótica sexual mínima: Es cuando se realiza, por lo menos una vez, determinada expresión comportamental.

5. Expresión erótica sexual preferida: La expresión comportamental que se realiza más de una vez, pero menos de cinco.

6. Expresión erótica sexual predominante: Es la expresión comportamental que se realiza entre 8 y 10 veces.

7. Exclusiva: Es la que se realiza, como su nombre lo indica, de forma exclusiva, 10 veces de 10.

Todos tenemos algo que nos satisface, lo que sea, y eso puede ser una expresión comportamental; en caso de tener una pareja y querer realizar determinada expresión, «es bueno platicarlo y consensuarlo, a veces no es lo que se cree o se dice, es importante que se converse para decidir si se lleva o no a cabo».

Hay tantas expresiones como gustos, algunas no catalogadas y otras derivadas, lo importante es que se esté consciente de que no es algo «perverso», sino parte de la sexualidad.


ÉSTE ES HÉCTOR LEDEZMA…CONÓCEME

Twitter: @natheleo

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Periodista y comunicólogo, editor, amante del tenis, de la vida, de la sexualidad como parte inherente al ser humano.

Comencé mi carrera en El Universal, en el sitio para jóvenes tva.com.mx, posteriormente llamado De10.mx donde fui redactor de sexualidad, además de reportero.

Coeditor en el sitio hiperlocal El Universal Del Valle, y en El Universal Estado de México.

Actualmente columnista de sexualidad y editor en el Semanario Hoy Valle de México del Estado de México.

Me gusta el teatro, el cine, la televisión, los espectáculos en general, por ello soy bloguero en Del Cielo a la Tierra

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