No Walls, No Limits by Héctor

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Por Héctor Ledezma

La infidelidad ya no es un tema tabú. Tanto hombres como mujeres han llegado a ser infieles; ellas suelen hacerlo no por insatisfacción sexual necesariamente, como sí pueden hacerlo ellos, pero ¿qué ventajas representa tener un amante?

Primero hay que diferenciarlo de una pareja sexual. El sexólogo César Pérez aclara que ésta «es sólo para tener relaciones, no hay un vínculo afectivo, pues se da principalmente cuando no se tiene un compromiso», lo mismo que un sex friend, que como su nombre lo indica, es para sexo y nada más.

Con un amante sí suelen involucrarse ambas partes, el sexo y afecto, aunque pesa la primera, bajo el lema de «se busca lo que no se tiene en casa».

Es una relación de común acuerdo, «hay una complicidad, anonimato, es como un estilo de vida; ellos deciden dónde se ven y dónde no se puede, definen horarios, días, situaciones, y existe una semi exclusividad, ya que generalmente tienen pareja estable» dice el sexólogo.

Los motivos pueden ser varios y muy particulares, «inicialmente es por una intención sexual, que puede terminar al poco tiempo en algo emocional y pasional. Las complejidades no existen, por eso es una relación más relajada».

No está de más decir que una pareja estable, difícilmente cumple al cien por ciento todo lo que les gusta, pero eso no significa que no se pueda establecerse con esa persona.

El sitio Educasexo.com dice que varias heroínas de novela han sido castigadas por deslices sexuales, lo cual era mal visto, sobre todo por ser mujeres, aunque ellas desafiaban a la autoridad con relaciones extra conyugales.

Ellos no son tan mal vistos si se enredan en una relación extramarital, y en algunos casos es símbolo de hombría. Pero en cuestión de infidelidades ninguno de los dos sexos está seguro ni es más o menos.

Dentro de las posibles ventajas están:

1. Verse con alguien ajeno al círculo familiar o amistoso es una experiencia satisfactoria y emocionante para muchos.

2. La sensación de aventura es indescriptible: citas a escondidas, en hoteles o lugares lejanos, donde nadie puede acceder significa vivir un secreto emocionante.

3. Lo prohibido genera adrenalina y gusto, por ello se disfruta; además, en un amante tienes «lo bueno» de la relación.

4. Algunos reviven sensaciones de sentirse amados, queridos, apapachados, retroceden en el tiempo.

5. Si en tu casa no tienes lo que quieres, un amante te da eso que necesitas o en su defecto crees necesitar. No está de más decir que el sexo es parte importante y lo disfrutas como nunca.

6. Aunque suene contradictorio, puede hacerte valorar a tu pareja y entonces analizar tu relación y darle un giro.

Desventajas

1. No siempre se es lo suficientemente cauteloso como para que nadie se de cuenta.

2. Mentir es armar una cadena de mentiras, que de descubrirse podrías perder más de una cosa, un matrimonio, problemas legales, entre otros detalles.

3. Puedes perder incluso al amante, pues al no ser algo secreto éste (a) puede no estar disponible a tus problemas.

4. Dejar de darle tiempo a otras cosas, sobre todo si tienes hijos, o trabajo, pues se debe cumplir con esas ocupaciones.

5. El amante es una escapatoria, pero puede ser una condena más, estar entre dos no es sencillo, y si te enamoras o se enamoran, ¡cuidado!

6. Se conoce otra forma de ser, de pensar, incluso la forma de acordar algo es más sencilla, cosa que se complica en una relación más formal.

7. Si tu amante se convierte en tu pareja, se puede sufrir de desconfianza, pues el temor de que existan amantes es latente.

Por Héctor Ledezma

Planteemos la siguiente escena: Hay una pareja, la cual se entiende perfecto en varios aspectos, se llevan bien, se quieren, se procuran. Uno de ellos, tiene relaciones sexuales con otra persona. En cualquier otro momento se diría que es una infidelidad y eso sería un problema. Pero en este caso no pasa nada, porque ellos tienen una relación abierta, por lo que no existe tal engaño. Siguen felices como pareja, mejor aún, cuando la tercera persona en cuestión sabe que existe esa relación y tampoco tiene problemas.

Las relaciones abiertas son aquellas en donde se establecen acuerdos. Son relaciones en donde sin dejar de ser pareja, ambos se permiten conocer a otras personas, tener otras prácticas sexuales, sin que esto sea motivo de ruptura o se vea como una infidelidad. Los dos están de acuerdo, no piensan en matrimonio ni en hijos, sólo en estar bien ellos.

El sitio ciudad.com.ar lo plantea también como una relación preferible, antes que una mentira o infidelidades. Las parejas que tienen una relación abierta aceptan que su eje, su prioridad y su lugar es esa relación. Lo que ellos aceptan es poder tener encuentros de tipo sexual con otras personas.

Parecen estar de moda, pero el sexólogo y psicólogo Miguel Alejandro Espinosa Díaz comenta: «A lo largo de la historia humana este tipo de relaciones se han dado en diferentes momentos y culturas, son más visibles ahora, sobre todo por el cuestionamiento a instituciones como el matrimonio, que es en apariencia menos funcional, y la permisividad social.»

Pros y contras

Las ventajas

Existe una sensación de libertad, ya que los celos y los apegos suelen manejarse de mejor forma.

Hay mayor conciencia respecto a la comunicación, la sinceridad, el respeto por la individualidad.

Se disfruta de una manera total de los momentos que se quieren compartir, lo que muestra un «quiero» y no un «debo». «Lo que no quiere decir que en las relaciones cerradas no se den estos factores, aunque por experiencia, éstas últimas fomentan la dependencia.»

La pareja es capaz de comunicar sus deseos y fantasías sexuales, que no siendo necesariamente, exclusivas para su pareja.

Al no ser la fidelidad un valor, te permite apreciar en perspectiva las cualidades de tu pareja.

Si consiguen tener éxito en la relación, esta tiene más posibilidades de prevalecer que una relación que inicia y termina cerrada.

Pueden experimentar juegos y fantasías sexuales nuevas, invitar en pareja o por separado a otro u otros para cumplir sus fantasías.

Las desventajas

Pueden tener una mayor complejidad en la toma de acuerdos, ya que debe haber un determinado censo de lo que se permite y lo que no.

Si se llega a un punto donde no hay una conexión, puede haber choque de ideas.

No hay lugar para reclamos, ya que por algo se permitieron determinadas cosas; los celos, si aparecen, al no estar contemplados, te llevan a replantear la relación, haciéndole modificaciones.

Hay que ser cuidadosos en respetar las reglas del sexo seguro, ya que en un encuentro sexual sin protección, estás jugándote tu vida y la de tu pareja.

Existe el miedo de convivir con la idea de que la otra persona pueda enamorarse de alguna de las otras personas con las que tiene relaciones.

La presión social a la que es sometida esta relación puede llegar a afectar, incluso hasta darla por terminada.

Si tu autoestima no está fortalecida, y por consiguiente no tienes seguridad y muestras posesión o dominación, la relación puede convertirse en un problema serio.

¿Estás preparado para una relación abierta?

Si son mejores las abiertas que las cerradas, eso lo decide cada persona y su gusto por relacionarse. Ambas son buenas siempre que se participen con gusto y respeten acuerdos. La palabra infidelidad suele hacer ruido, pero «en las dos relaciones puede existir, aunque es menos probable en la abierta por la permisión.»

Un buen parámetro para saber si estás a gusto o estás preparado, es cuando es tu pareja la que tiene otros encuentros, porque una cosa es tener el permiso de hacerlo tú, y otra aceptar que tu pareja lo haga, algo así como: «Está bien que no te pidan explicaciones, pero… ¿Es tan sencillo cuando es uno el que no tiene derecho a pedirlas?».

Del lado de la sexualidad en las relaciones abiertas puede expresarse de manera más libre, ya que al mejorar la comunicación, al existir mayor sinceridad, al estar acostumbrados a tomar acuerdos y al poder expresar el gusto afectivo y­/o erótico por otra persona «genera una relación con la sexualidad completamente distinta y mucho más libre de represiones», finaliza Espinosa Díaz.

¿Qué opinas de las relaciones abiertas? ¿Estamos cerca de que el matrimonio, como lo conocemos actualmente, se deje de lado? ¿Una persona celosa podría aceptar una relación abierta?

Por Héctor Ledezma

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Por mucho tiempo se ha debatido sobre quiénes son más infieles, si los hombres o las mujeres, el sentido común dice que son ellos más promiscuos y ellas más recatadas, estadísticas afirman que las féminas son infieles casi igual que los varones. Sin embargo, un nuevo estudio sobre el rol sexual de 10 mil personas en 18 países, concluyó que los hombres engañan menos porque ya no tienden a formar varias parejas simultáneas.

Dicho estudio fue publicado en la revista Trends in Ecology and Evolution, que serviría para entender la evolución de las estrategias sexuales de los humanos. De acuerdo con declaraciones de los investigadores a un diario argentino, examinaron los actuales y pasados comportamientos sexuales en varios países: Finlandia, Venezuela, Brasil, Paraguay, Estados Unidos, entre otros.

Se descubrió que las sociedades estudiadas eran polígamas en sus orígenes y que luego fueron monógamas. «Lo sorprendente es que en parejas monógamas y actuales, los hombres y mujeres son igual de promiscuos e infieles», dijeron los investigadores.

Además, se tomaron en cuenta factores como la evolución, la cultura sexual y marital del país, la densidad de la población, por qué eligen a una o más parejas, si sufren enfermedades sexuales, la edad de iniciación sexual, entre otros.

Ellos son más celosos y desconfiados

Los varones reconocen más rápido una infidelidad, de acuerdo con un estudio realizado por psicólogos norteamericanos y británicos que fue publicado en la revista New Scientist, lo que echa en parte por tierra, el hecho de que ellas son mejores para ocultar una infidelidad.

Además, reveló que ellos son más celosos y desconfiados, esto porque también aunque puedan sospechar, la simple idea de que les pongan el cuerno no los pone de buen humor. Esto puede maquillar un poco las cosas, pues los hombres tienen un ego habitual, por lo que dan por sentado que la infidelidad de su pareja no es posible.

En la investigación se pidió a doscientas parejas jóvenes y heterosexuales completar un cuestionario confidencial, en el cual se les preguntaba si habían sido alguna vez infieles y si sospechaban o habían descubierto alguna infidelidad por parte de su pareja.

De éstos, el 29% de hombres y el 18.5% de las mujeres admitieron haber sido infieles alguna vez. Y de estas traiciones, el 75% de los hombres lo descubrió anteriormente, mientras que entre las mujeres la cifra fue de sólo un 41%.

Por otro lado, son las mujeres las que perdonan más una infidelidad esporádica de su pareja, por el hecho de no aceptar que tengan una amante fija con la que compartir bienes afectivos y materiales. Ellos por el contrario, no suelen perdonar ningún tipo de infidelidad por el daño al orgullo.

Por Héctor Ledezma

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Las relaciones de pareja no son del todo sencillas, el sitio lovingyou.com, dice que para tener una estabilidad son necesarias ciertas actitudes y comportamientos. Así mismo, menciona algunos «enemigos», que de acuerdo con la psicóloga Eveline González Dublán, no deben llamarse así, sino áreas a trabajar o sanar, pues «no están en contra tuya, son alertas que te indican que algo anda mal, y que debes trabajar tú, y después los demás, si solo lo piensas en relación a tu pareja, entonces, sí debes preocuparte».

Estos «enemigos», como lo menciona la psicóloga, deben identificarse, pues pueden ser al final más importantes en una relación de pareja:

Insatisfacción con la vida

Esta surge cuando se ha perdido un sentido de logro, excitación, libertad, o por una falta de inspiración, lo que necesariamente origina una insatisfacción, que de acrecentarse repercutirá de una manera sobresaliente en tu relación.

Aficiones, las relaciones con los demás o los sueños perdidos podrían ser algunas de las cosas que vienen a la mente. Una de las soluciones es ajustar la forma en que haces las cosas, para encajarlas en un posible nuevo estilo de vida.

Desconfianza y resentimiento

La confianza es una de las bases de una relación, y debe ser compartida, pues de nada servirá que seas casi perfecto, si no existe este detalle, pues la desconfianza no te dejará avanzar. Por otro lado, hay que admitir en su momento que uno puede equivocarse, y en ese aspecto, olvidar, arreglar y no guardar resentimientos.

Se une además el «no saber perdonar», porque perdonar es recordar lo que ocurrió, aprender de ello y dejar de vivir con resentimiento y dolor. Si de los sucesos dolorosos de la vida, decidiéramos olvidar, nadie podría caminar, porque todos nos caímos, sin embargo esa es la forma en que aprendimos a caminar» dice González Dublán.

Incapacidad de ver a la pareja como una persona respetable

Consiste que en lugar de exigir el respeto, des respeto. Haz una lista con tu pareja, de todas las cosas que admiran y les gustaría que hiciera el otro respecto a un tema (es decir, aceptar las críticas, ver el lado positivo de las cosas, generosidad, lealtad, ingenio, creatividad, paciencia). Te sorprenderás de la cantidad de cosas que exiges a tu pareja, y lo poco que haces.

Incapacidad de aceptar los cambios

Es probable que tu vida y la de tu pareja cambien constantemente, por lo que al reflexionar sobre la vida que llevas actualmente notarás que no es igual a la que llevabas hace diez años. Algunos cambios son buenos y necesarios, por lo que han ayudado a que seas quien eres ahora. Si no lo haces, impides el crecimiento tuyo, como el de tu pareja.

Estancamiento

La monotonía es uno de los mayores enemigos, pero a la vez uno de los más comunes, pues abarca todo, desde una rutina en casa, trabajo y por supuesto el sexo. Si no hay emoción y romance, todo se vuelve menos entretenido por lo que la diversión, el amor y la risa deben ser componentes esenciales de toda relación. Asegúrate de embarcarte en grandes aventuras con tu pareja, sorpréndanse con gestos románticos y animen su vida sexual siempre, recurre a las técnicas para vencer la monotonía.

Falta de intimidad

La intimidad no es sólo física, sino también emocional y juntas son importantes. Si la pasas a segundo plano es porque sus pensamientos y emociones están fluyendo en el cerebro y se han vuelvo una rutina. Fantasea, acércate a tu amante, reconoce tus errores y atiéndelos, juega y diviértete.

Comunicación deficiente o poco afectiva

La base de las relaciones interpersonales esta fundamentado en este proceso de intercambiar ideas, pensamientos, emociones, sentimientos, «es la manera en que el amor se retroalimenta, en que sabes que esa persona sigue siendo, en esencia, de la que te enamoraste» comenta la psicóloga.

Pensar que el amor lo puede y es todo…

…o que mientras el amor no falte todo esta bien, conceptos equivocados de amor. De acuerdo con la especialista el amor es un aspecto, un elemento de las relaciones, pero no es el único, incluso, en algunas relaciones podrían no ser de las mas importantes.

La mayor parte de las parejas que terminan, no es por falta de amor, más bien por incompatibilidad de proyectos, caracteres, comunicación deficiente, principalmente. El amor no es un rescatador de las relaciones, no soluciona problemas, es necesario que vaya acompañado de otros aspectos, como el respeto, por uno mismo y por tu pareja.

Falta de compromiso

Para que funcione la relación, es necesario comprometerse con los mutuos acuerdos que tengan los participantes, «estar dispuesto a respetarlos y a ser flexibles; pueden ser acuerdos preestablecidos socialmente, pero también los particulares a la relación. Si falta el compromiso, se origina la sensación de abandono y falta de respeto por lo que puede tambalearse la relación» afirma la especialista.

Infidelidad

Es uno de los grandes temores de la relación, el miedo de que se rompa el convenio de fidelidad y lealtad, que nos brinda la seguridad fantasiosa de que nuestra pareja nos quiere. Aquí entra un aspecto importante, que cada quien es responsable de su felicidad, «nadie te hace feliz ni infeliz, tú eres el que construye su estado de ánimo y vida misma, donde los demás participan pero no son fuente de esto» dice Eveline.

Lo importante de los aspectos mencionados anteriormente es que todos pueden ser resueltos, solucionados y trabajados, así que si alguien identifica algo así en su relación, puede cambiarlo, desde luego, siempre que haya disposición de quien debe resolverlo.

Para todo enemigo, hay un amigo

La psicóloga y maestra en hipnosis Ericksoniana y Tanatóloga, Eveline González, dice que para los enemigos mencionados, siempre hay solución y «amigos» que ayudan, estos son:

Honestidad
Comunicación efectiva
Actualización
Creación de espacios de Libertad mutuos
Amor propio antes que de pareja
Independencia saludable
Respeto
Creatividad e innovación
¿Te has enfrentado a algunos enemigos en tus relaciones, los has superado o fueron el causante de ruptura?

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Héctor Ledezma

Los romances entre papeles, salas de juntas, escritorios, computadoras, por un lado pueden ser una fantasía; por otro, hay situaciones que logran aterrizarse y vivirse sin importar estado civil, relación laboral y menos si es real o un simple «amor de oficina».

El psicólogo y sexólogo, Miguel Ángel Espinosa Díaz comenta:

«El romance, la excitación y/o el amor, pueden llegar de manera inesperada en cualquier momento, sencillamente aparece. Una de las formas en que podemos dar rienda suelta a las sensaciones que nos brindan son las fantasías, en ellas no hay reglas más que las que el autor creativo desea, es ahí el lugar perfecto para ´hacer´ lo que mis deseos me pidan, incluso aquellas cosas que socialmente no están permitidas, que suelen ser las que más llaman la atención a muchas personas debido a la curiosidad que se genera y las altas expectativas que se pueden crear basadas en lo que «yo imagino que ocurriría si»…

Debido a este deseo y a que algunos pasan más tiempo en su lugar de trabajo, se convive con las mismas personas, y esto se conjuga para que las relaciones en la oficina se den, «algunas partiendo de este gusto por lo «prohibido», otras por conveniencia, cercanía, afinidad, y algunas más por el grato momento que se puede disfrutar entre dos personas (o más) que de pronto hacen «click» sin mayor explicación» dice Espinosa Díaz.

Una relación extra pareja, siempre es complicada si se tiene una persona estable, ya sea matrimonio o noviazgo, además se corre el riesgo de ser «cachado» o de sentirse mal consigo mismos. «Habría que preguntarse qué tanto se está dispuesto a asumir el riesgo. Por otro lado hay quienes establecen relaciones abiertas donde se permite salir con alguien más» afirma el psicólogo.

La decisión es meramente personal, donde la sinceridad y el respeto inician por uno mismo, aunque si se accede se deben tener muy en cuenta los límites, y sobre todo saber hacia dónde se va o dónde se quiere llegar, sino se enredarán en una confusión, de la cual será difícil salir.

En casos más leves y también comunes, las personas solteras, tienen menos problemas a la hora de entablar algún tipo de relación dentro del trabajo. «Muchos empleos suelen tener un reglamento respecto a las relaciones amorosas dentro de un centro laboral, independientemente de eso, se dan, y la pareja decide qué dinámica seguirá, a modo que no afecte a ninguno de los dos» comenta Miguel Espinosa.

Otro de los casos es cuando los dos son casados y uno de los dos se empieza a involucrar sentimientos, ya que «la posibilidad de que esa relación de oficina termine está latente, aunque la regla aplica a todo tipo de relación; la persona que se encuentre en ese dilema, de cambiar a una persona por otra, debe valorarlo muy bien» de lo contrario, será una de las parejas la que decida, y puede ser la «oficial» o la de «oficina».

En el mejor de los casos los romances de oficina son meramente encuentros sexuales, «porque es muy motivante hacer el amor en un lugar prohibido, la adrenalina es mucha; a algunos les gusta tomar riesgos y vivir experiencias sexuales en lugares no muy comunes o donde se es difícil y poco frecuente» continúa el sexólogo.

La mejor cara

Dentro de lo positivo casi se excluye a las personas comprometidas, pues para los solteros, los romances de oficina pueden ser definitivos para el futuro. El sitio hoymujer.com menciona:

1.- La llegada de «el nuevo» (o la nueva) ha hecho que en los últimos días el lugar donde antes pasabas más tiempo del deseado se convierta en un espacio agradable ¡y mucho más emocionante! ¿Qué me pongo para ir a trabajar? ¿Se fijará hoy en mí? ¿Cómo me las arreglo para sentarme a su lado cuando vayamos a tomar algo después del trabajo?

2.- Lo que antes era una pesadez de día, de repente nos ofrece mil nuevas oportunidades para flirtear. Pero, aquí no se admite el «todo se vale». Ya que sondeos realizados por CareerBuilder.com, afirman que dos tercios de los romances de oficina se acaban convirtiendo en relaciones estables.

3.- La idea es que llegues a conocer un poco mejor a la persona con la que estás a punto de empezar una relación durante un período de tiempo más largo. Puede que esa persona tenga un sentido de estilo «único», pero que a la vez sea considerada, graciosa y amable. O puede que ofrezcan siempre un aspecto inmaculado pero que tengan muy mal carácter.

la otra cara de la moneda

1.- Evita salir con tu jefe, ya que estas relaciones no son del todo buenas, en el peor de los casos perderías el trabajo si no accedes a insinuaciones, por el otro, tu imagen estaría en jaque si accedes, pues por tus actividades extracurriculares seguro conseguiste lo que tienes.

«Una relación amorosa Jefe-Empleado, tiene ingredientes muy especiales a tomar en cuenta, ya que existe una doble relación, la de amor y la de trabajo; diferenciar entre ellas y no mezclarlas es sano, una persona que empieza a mezclar estos ámbitos seguro empezará a tener una problemática tanto en el trabajo como en su relación de pareja», dice el sexólogo.

2.- Ten cuidado de no convertirte en la comidilla de la oficina. Asegúrate de ser profesional y de actuar con discreción en todo momento, hasta que estés convencido de que la relación es lo suficientemente sólida como para hacerla pública.

3.- Mientras que un 67% aprueba los romances en la oficina, un 81% de los profesionales de recursos humanos consideran que son peligrosos, ya que pueden ocasionar conflictos en el lugar de trabajo, según la información extraída de un sondeo realizado por la American Management Association.

El trabajo, cuna de infidelidades

«Si el lugar de trabajo se convierte prioritariamente en «el mundo» de las personas seguro las otras áreas de vida y las demás relaciones interpersonales, tendrán menor atención, por supuesto si la relación de pareja «estable» no está en constante actualización y renovación, entonces no es raro que en el mundo laboral se den relaciones amorosas que lleguen dar un giro a la rutina laboral como de pareja.

«Todo tipo de relación amorosa, aventura erótica, o experiencia romántica es completamente válida y puede ser disfrutada, siempre que se quiera tener esa experiencia, la sinceridad, respeto y amor hacía uno mismo nos ayudarán a tener una mejor comunicación con las personas con las que nos relacionemos y así establecer acuerdos claros y limites para evitar enredos y problemáticas» finaliza Miguel Espinosa.

Por Héctor Ledezma

Las diferencias entre hombres y mujeres son muchas, y la infidelidad no es la excepción, ya que tanto ellos como ellas ponen el cuerno. Sin embargo, la mayoría de las mujeres, no lo hacen por satisfacción sexual, como sí lo hacen los varones, ellas la mayoría de las veces son infieles por un amor platónico, afecto y sentimientos.

Estadísticas dicen que las mujeres engañan casi igual que los hombres, casi la mitad (una cifra similar a la masculina), la mayoría buscan más que sólo sexo. Las mujeres son infieles tratando de compensar sentimientos, pasión, cariño, incluso aventura; lo que puede necesitarse si en un matrimonio o relación de noviazgo hay monotonía.

Por otro lado, las mujeres también son mejores para ocultar una infidelidad, sobre todo porque aunque los hombres puedan sospechar, la simple idea de que les pongan el cuerno no los pone de buen humor, y si a esto se le suma el ego habitual, ellos mismos dan por sentado que no es posible.

Un estudio preguntaba a mujeres cuáles eran las causas de la infidelidad, dando como resultado que era por curiosidad, por oportunidad o por soledad en el matrimonio, entre otras cosas.

Asimismo, que los hombres con los que eran infieles son conocidos: amigos, profesores, instructores, doctores, dentistas, entre otros. Además, ellas pueden llegar a ser más fieles a los amantes que a la propia pareja.

También que al paso de los años, el remordimiento es menor, incluso ya prevén cuando habrá infidelidad. Aunque no deja de pesar el valor social, donde ellas son siempre mal vistas cuando son infieles, sobre todo si tienen un matrimonio con hijos; pero dejan claro que muchas veces hay oportunidades para ser infiel, ya que se puede dar en cualquier momento de la vida.

No está de más decir que cuando se atraviesa una infidelidad, ésta se debe afrontar y tomar decisiones importantes, no siempre es causa de divorcio, así lo dice Lucy Serrano, en su libro Cuando 2 no son suficiente, además de que es mejor hablarlo, a vengarse con otra infidelidad.

¿Por qué son infieles las mujeres?

Gisela Runte, autora del libro ¿Por qué son infieles las mujeres?, define las posibles situaciones o razones que pueden originar la infidelidad femenina.

Insatisfecha sexual: Tras intentar revivir las relaciones sexuales con sus cónyuges y frente al desinterés de ellos, su opción es buscar un amante.

Venganza: Cuando reaccionan al saber que sus esposos tienen sus aventuras.

Placer: Las más audaces, mujeres que buscan experiencias nuevas.

Crisis de pareja: La monotonía, los problemas económicos, el abandono de la vida amorosa que tenía en pareja y que, por razones diversas, dejan.

Sentirse deseada: La falta de interés sexual de la pareja es una razón para buscar un amante.

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Por Héctor Ledezma

Los celos son parte de una relación, pero como todo, tiene sus límites; pese a que muchas veces se cree que son inseguridades de una persona, la realidad es que son normales.

La normalidad en los celos implica un malestar por la idea de que la pareja muestre interés en una tercera persona, y existe entonces, el temor de perderla.

Por el contrario, cuando el tercero en discordia no existe y sólo es parte de la imaginación de una persona, los celos se vuelven patológicos, lo que ocasiona furia, dolor, exaltación, discusiones que pueden terminar la relación. La persona celosa se siente dueña de la otra, lo que crea ya un sentido de posesión.

Esta posesión puede desencadenar un sinfín de casos y situaciones, donde la más leve puede ser el término de la relación, ya que los celosos enfermizos son personas que hostigan a tal grado que pueden llegar a la violencia física y psicológica; en un alto grado, se llega al homicidio, donde los celos son la causa del 20% de los casos.

Por otro lado, un estudio indicó que hay diferencias entre hombres y mujeres: los primeros tienden a reaccionar con ira y agresividad, además de que les preocupa que su mujer les sea infiel sexualmente.

En el caso de las mujeres, reaccionan más con pasividad, depresión e impotencia; y les preocupa más que su pareja les sea infiel de forma afectiva.

Los tres elementos esenciales de los celos son: el sentido de posesión; el temor a la pérdida o el miedo desmesurado a la infidelidad (sexual o afectiva); la sospecha o certeza de que hay un rival. Los celos patológicos (celotipia) requieren ayuda profesional.

Una de las posibles causas de los celos, es que las personas celosas, se sienten inferiores a los demás, incluso un estudio explica que padecen menos de ese problema las personas altas y bien físicamente; ya que se valoran más que los que no lo son.

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La frecuencia y ritmo de las relaciones sexuales se decide en pareja; algunas veces se padece del deseo sexual inhibido, lo que perjudica la relación sentimental

Por Héctor Ledezma

El interés sexual en una pareja se puede ver interrumpido por cosas como el estrés, en las mujeres por cambios hormonales, ingesta de antidepresivos, fatiga, problemas en la relación, la educación sexual, prejuicios y formación religiosa. Sin olvidar que a veces la carga de trabajo ocasiona que no haya lugar para hacerlo.

La frecuencia con la que se tiene sexo puede representar el éxito o fracaso en una relación, más allá de si es correcto o no. Las parejas pueden tener gustos o necesidades distintas en cuanto a las veces para tener relaciones, por lo que de no compaginar, empieza el problema, y uno de ellos presenta deseo sexual inhibido.

Por otro lado es de suma importancia la sincronía en una relación, ya que de no ser así, la excitación se difumina hasta desaparecer. Los ritmos en el sexo son como los de la música: algunas veces son lentos y pausados, mientras que otras son más rápidos e intensos.

Sandra Pertot, sexoterapeuta y psicóloga clínica, autora del libro When your sex drives don’t match, desarrolló el concepto de los 10 tipos de líbido, donde de estar en uno de ellos, explicaría la situación. Entre estos se encuentran:

Sensual: Durante el acto sexual lo que importa es lo emocional más que el desempeño físico; el sexo conecta emocionalmente con la pareja. Lo ideal es que si la pareja se niega a tener relaciones lo diga abiertamente siempre que se lo pidas.

Estresada: Se siente el deseo pero se evita por la preocupación de no satisfacer a la pareja. Esa inseguridad puede provenir de un periodo complicado, enfermedad o algo donde el sexo no es prioridad. Lo recomendable es identificar las expectativas respecto al sexo.

Desinteresada: No importa el sexo, pudo haber una transición de la estresada a ésta, o de forma natural se tiene poco interés en él. Se recomienda hacer algo al respecto y buscar alternativas y razones para tener relaciones en lugar de lo contrario.

Dependiente: Necesita el sexo para sentirse amada y segura, lo que se explica porque posiblemente en la adolescencia se lo usó, ya sea mediante la masturbación o sexo con pareja, para evitar el aburrimiento. Lo mejor es buscar actividades no relacionadas a algo sexual.

Indiferente: No hay preocupación por no tener relaciones sexuales, se puede satisfacer el deseo fácilmente con la masturbación. Las prioridades son otras, puede ser el trabajo. Lo ideal es que se hable en pareja acerca de las formas para compaginar la vida profesional y las presiones.

Otros tipos son la erótica, adictiva, reactiva, autoritaria, compulsiva. El deseo sexual puede ser dispar por que no se le da importancia, se le adjudica más valor a cosas como la compatibilidad de personalidad, educación, estatus social y económico, los cuales no ofrecen garantía en el sexo.

Aunque parezca, no es exclusivo del género femenino, ya que existe también el deseo sexual inhibido en los varones, donde el sexo se convierte en una fuente de frustración y vergüenza; entonces el hombre decide renunciar y evita cualquier situación que pueda conducirle a un encuentro sexual.

De no tener una plena satisfacción mutua, es necesario acudir a terapia, para que pueda haber una solución, ya que de no hacerlo puede terminar en una infidelidad, o en separación definitiva, incluso en una extensa monotonía sexual.

Por Héctor Ledezma

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La infidelidad es una de las peores traiciones a la pareja, sin embargo, es más común de lo que parece o se dice; en una relación hay dos personas, por lo que ser infiel no es algo espontáneo, sino que siempre hay razones para esa acción.

Entre dichas causas está el sentirse devaluado, ya que la pareja no los toma en cuenta como al principio y esto hace que al ser cortejados por alguien más, vuelva la autoestima; la monotonía que es causada por la falta de detalles en la relación, donde todo es siempre igual es otro de los motivos.

El sexo es una de las principales causas, si no existe en la relación o no es del todo satisfactorio puede buscarse por otro lado; la dependencia emocional de los padres es un factor que puede acabar en infidelidad, ya que no se toma en cuenta a la pareja y se tiene una actitud infantil que no gusta.

Entre otras se encuentran también, la idealización de la pareja, la pérdida de libertad, búsqueda de nuevas sensaciones, alarde de poder.

Por otro lado, la infidelidad también es vista como una prueba de fuego, ya que destruye a las parejas que no se aman, pero fortalece a las que sí. Existe el mito de que el hombre tiende más a ser infiel que la mujer, porque tiene una mayor necesidad sexual, sin embargo no puede definirse bajo ese argumento biológico, ni podemos decir que ellas no lo sean.

Unas recomendaciones en caso de infidelidad son:

* El engañado debe abandonar el papel de víctima.
* La comunicación entre la pareja debe ser totalmente abierta.
* Se deben analizar los motivos por los que se sienten infelices en su relación.
* Deben reflexionar si las razones de su relación (amor, confianza, estabilidad) todavía siguen siendo válidas, ¿por qué echarlo todo a perder por un affaire transitorio?

Ser infiel no es cuestión de género, pero tampoco tiene el mismo significado para todos; algunas personas se sienten muy dolidas y defraudadas ante una infidelidad. Sobrevienen pensamientos intrusivos en los que uno se imagina a su pareja con el otro, la autoestima se ve afectada y se siente íntimamente decepcionado

Otras veces la infidelidad es algo que se prepara durante un tiempo, lo que produce a la larga más dolor y sufrimiento, y llega más allá de una simple noche de copas, o incluso puede ser uno de los secretos sexuales.

La velocidad y lo inesperado del encuentro puede ayudar en el aspecto sexual para romper con la rutina y el estrés.

Por Héctor Ledezma

En el coche, en el cine, en el parque, en la sala, en la casa de tus papás, en el cuarto del hermano, en una fiesta, etcétera, es común echarse un «rapidín», saciar las ganas cuando no hay oportunidad o tiempo de ir a un hotel o un lugar más íntimo.

Aunque esos momentos suelen ser sumamente excitantes, no intentamos promoverlos, pues hay que tener presente que por las «prisas» se puede olvidar la protección y, con ello, aumentar el riesgo de alguna infección de transmisión sexual o de un embarazo ; sin embargo, los sexólogos recomiendan estas prácticas sexuales cuando no se tiene el tiempo para planear una relación sexual o simplemente se está contra el tiempo.

Por ejemplo, para una pareja casada en la que ambos trabajan es complicado hacer el amor a cualquier hora, casi siempre es de noche o de día, lo que puede generar rutina. Los lugares ocasionales «no existen», lo común es en la recámara y de noche cuando ya se está relajado y dispuesto.

Una pareja que no tenga estos problemas vive su sexualidad de una manera distinta y es en ellos donde los «rapidines» son muy comunes, a veces estos derivan de un «faje», lo cual también es recomendable pues ayuda a la excitación.

Los encuentros sexuales exprés obedecen, muchas veces, al deseo de una vida sexual plena y sobre todo muy activa. ¿Cuánta gente puede decir que vive su sexualidad plenamente? Seguro, muchos, pero también está comprobado que una vida sexual «insuficiente» es causante de rompimientos, divorcios, discusiones, infidelidades. El sexo, por consiguiente, debe tener un espacio. Para eso se necesita un lugar y tiempo, así que hay que buscarlo.

En los «rapidines», los lugares más comunes son los de «riesgo» para ser descubiertos, el cine, por ejemplo, es uno de los lugares por excelencia; es común sentarse en las butacas del final, con las luces apagadas y pues como la gente está viendo una cinta quién puede darse cuenta.

Sin embargo, el lugar adecuado no existe, cada pareja irá descubriendo qué es lo que les gusta. Sea cual sea tu preferencia, tus gustos y tu sentir a la hora de tener una relación sexual es importante hacer lo que quieres con responsabilidad, evitar las rutinas, fomentar la comunicación en la pareja, protegerse y, sobre todo, entenderse y aceptarse.


ÉSTE ES HÉCTOR LEDEZMA…CONÓCEME

Twitter: @natheleo

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Periodista y comunicólogo, editor, amante del tenis, de la vida, de la sexualidad como parte inherente al ser humano.

Comencé mi carrera en El Universal, en el sitio para jóvenes tva.com.mx, posteriormente llamado De10.mx donde fui redactor de sexualidad, además de reportero.

Coeditor en el sitio hiperlocal El Universal Del Valle, y en El Universal Estado de México.

Actualmente columnista de sexualidad y editor en el Semanario Hoy Valle de México del Estado de México.

Me gusta el teatro, el cine, la televisión, los espectáculos en general, por ello soy bloguero en Del Cielo a la Tierra

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