No Walls, No Limits by Héctor

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Por Héctor Ledezma

El tema de la virginidad ha dado desde hace varios años un vuelco, se había mitificado, sobre todo la de ellas, ya que no importaba mucho si el hombre era el experimentado, pero si ella lo era, no era precisamente lo ideal.

Sin embargo, aún hay casos, donde son ellos los que son vírgenes, que no han dado ese paso y a las mujeres les toca llevar el cauce de la relación.

No es cosa sencilla llevar el peso en una relación, pues cuando los dos ya no son vírgenes, el peso de distribuye. Sexualidad.es menciona tips para que ese momento sea inolvidable por lo bien que se hizo, y no por lo malo del asunto.

Explica que el tema siempre es la virginidad masculina, donde el hombre transforma el temor de ellas en placer, o eso debe hacer, pero a la inversa también sucede, y aluden a que ellas también han sido vírgenes y que nadie nace sabiendo.

Aquí lo que hay que tener en cuenta:

1. Los hombres difícilmente dirán, en su mayoría, que son vírgenes, porque no aceptan que alguien los lleve, pero si eres la experta, toma partido de ello.

2. Ellos deben sentirse preparados, no es perder la virginidad y ya, tienen que quitarse el trauma de ser los que no tienen la experiencia, y echar mano de lo que sientan y quieran, una primera vez puede ser clave en el resto de la vida sexual.

3. La comparación sólo la tendrá la mujer, que no siempre sucede, ellos no tienen el referente, de lo cual pueden sacar partido, pues pueden pedir lo que quieran, y en una de esas, les es concedido.

4. Las mujeres pueden recordar su primera vez, retomar las sensaciones, y sobre ello canalizar lo que puede estar sintiendo el chico, acomodar un ritmo que vaya a los dos y acoplar esa experiencia personal.

5. Partiendo del hecho que a los hombres no les gusta ser sometidos, hay que ir de a poco, darles chance de tomar iniciativa en algunas cosas. Ellos se deben ir soltando en un ambiente de confianza.

6. Por la inexperiencia, ellos pueden ser un poco torpes, si es así, no los frenes con frases como «así no», o «no lo hagas», ya que la sensación de frustración puede llegar, es mejor conducirlos y si hacen algo bien, decírselos, de más está decir que ellas deben ser un poco abiertas.

7. La primera vez es como una lección, donde las maestras son ellas, y por lo tanto deben esforzarse en que el alumno aprenda bien la sesión, sino terminará por odiar esa materia.

8. El lugar es muy importante, tal vez clave, porque tiene que ser algo natural, no forzado y menos planeado, pues en una primera vez puede sentirse usado, así que los hoteles, pese a que a muchos les funcionan, no son recomendados.

9. Si te gustó, grítalo a los cuatro vientos, sino, miente un poco, y di que te gustó, no está de más dar unos tips y pasar a lo que sigue. La técnica se irá puliendo, lo importante es que se sientan a gusto y que él no pierda entusiasmo por ello.

10. No se vale fingir, porque puede crear falsas esperanzas e ideas en los chicos que dieron su primera vez. Además, ellos tienen diversos miedos donde precisamente se encuentran algunos que estarán presentes en esa relación y destacan: fallar en el desempeño, la exageración y el tamaño.

Por otro lado, si las mujeres son expertas, hay que medirse un poco, porque el efecto puede ser el contrario, deben hacer que cada encuentro con una pareja nueva sea como la primera vez.

Los hombres no deben perder, aunque sea la primera vez, la caballerosidad, tengan la edad que tengan, pues ellas gustan de eso, también tienen que seducir, no guardar silencio ni caer en extremos.

Para finalizar, tengan en cuenta las cosas que ellas no deben decir en la cama, menos si ellos están dando todo de sí para una buena sesión de sexo.

Por Héctor Ledezma

La cercanía que puede tener tu pareja con tus amigos es algo normal, de hecho es parte de la aceptación que tienen unos con otros, de hecho, grandes amistades surgen de eso, pero cuando te gusta la pareja de tu amigo o amiga las cosas cambian, más si se llega al sexo.

De acuerdo con el sexólogo César Pérez, esta situación existe, pero no es tan común como cualquier otra actividad sexual, pues no se refiere únicamente a la infidelidad, sino que se involucra a personas cercanas, como lo es un amigo.

En la red, esas historias son muy comunes; en diversos sitios electrónicos, como Enfemenino.com se recopilan relatos de experiencias de ese tipo, como el siguiente:

«Un día andaba en una fiesta con mi novia, mi mejor amigo y su pareja. Hubo mucho alcohol, yo no tomé mucho pues era el conductor, y la novia de mi amigo tampoco. Terminó la fiesta, nos subimos al carro y fuimos a dejar a mi novia, a mi mejor amigo, quedamos su novia y yo.

(…) Cuando íbamos en camino me dijo que ella ya le había sido infiel algunas veces, me preguntó que si no me gustaba, le dije que era muy bella, entonces ella me besó, y como es muy guapa tuve una erección, ella me hizo sexo oral.»

Comentarios como este, reales o no, reflejan que es una fantasía que no es difícil de llevar a cabo, más si entre los dos hay una complicidad y gusto.

La fantasía puede quedarse ahí, ya que no depende sólo de uno, sino de dos para cumplirla; además, por obvias razones no es algo que compartas con tu pareja. Si no sucede, lo mejor es dejarlo pasar, olvidarlo, porque ¿para qué deseas externarlo, cuál sería el beneficio, a quién ayuda, cuál es el objetivo?

Un triángulo difícil de cuadrar

Ellas no se quedan atrás, también pueden encontrarse con que el novio de su amiga les gusta y que él, incluso, les tire la onda; pero pueden ser un poco más reservadas, al final, saben que ellas serán las que quedarán mal.

El sitio Sonpareja.com recomienda nunca enrolarse con una pareja ajena, menos si es de alguien tan cercano como un amigo, pues la amistad puede perderse y la «relación» también.

En el portal Nosotras.com también hay un relato que cuenta la historia de un hombre que tuvo sexo con la esposa de su mejor amigo. Un encuentro desenfrenado que describe «como animales en la cocina».

En este caso todo comenzó con miradas que denotaban «algo», hasta que los comentarios entre ellos subieron de tono y culminó con una sesión de sexo.

Si ocurre una situación parecida y tu amigo o amiga se entera, lo más seguro es que acabe esa amistad, así que antes de hacerlo piensa en la fuerza de su relación. Si se habla de sexo y de compartir a la pareja, se entraría en otro terreno y depende de cada uno, ya que es más un intercambio de parejas o incluso un trío, que puede funcionar sexualmente, pero no emocionalmente.

Las mujeres sufren más cuando se enamoran, pues para ellas no significa sólo sexo. La página Cosmohispano.com recomienda aterrizar y no soñar, por más que te guste o incluso estés enamorado.

Cabe destacar que el fantasma de «lo prohibido» puede estar rondando tu mente, ya que en general se tiende a querer eso que no se puede tener.

Si se es buena amiga o amigo, terminarás por darte cuenta que vale más una amistad, olvidarás la idea de la pareja de tu camarada y te alejarás. De más está decir que por más culpa que puedas sentir, lo mejor es no abrir la boca, pues es muy posible que tu amigo no pueda entenderlo.

Por Héctor Ledezma

La infidelidad ya no es un tema tabú. Tanto hombres como mujeres han llegado a ser infieles; ellas suelen hacerlo no por insatisfacción sexual necesariamente, como sí pueden hacerlo ellos, pero ¿qué ventajas representa tener un amante?

Primero hay que diferenciarlo de una pareja sexual. El sexólogo César Pérez aclara que ésta «es sólo para tener relaciones, no hay un vínculo afectivo, pues se da principalmente cuando no se tiene un compromiso», lo mismo que un sex friend, que como su nombre lo indica, es para sexo y nada más.

Con un amante sí suelen involucrarse ambas partes, el sexo y afecto, aunque pesa la primera, bajo el lema de «se busca lo que no se tiene en casa».

Es una relación de común acuerdo, «hay una complicidad, anonimato, es como un estilo de vida; ellos deciden dónde se ven y dónde no se puede, definen horarios, días, situaciones, y existe una semi exclusividad, ya que generalmente tienen pareja estable» dice el sexólogo.

Los motivos pueden ser varios y muy particulares, «inicialmente es por una intención sexual, que puede terminar al poco tiempo en algo emocional y pasional. Las complejidades no existen, por eso es una relación más relajada».

No está de más decir que una pareja estable, difícilmente cumple al cien por ciento todo lo que les gusta, pero eso no significa que no se pueda establecerse con esa persona.

El sitio Educasexo.com dice que varias heroínas de novela han sido castigadas por deslices sexuales, lo cual era mal visto, sobre todo por ser mujeres, aunque ellas desafiaban a la autoridad con relaciones extra conyugales.

Ellos no son tan mal vistos si se enredan en una relación extramarital, y en algunos casos es símbolo de hombría. Pero en cuestión de infidelidades ninguno de los dos sexos está seguro ni es más o menos.

Dentro de las posibles ventajas están:

1. Verse con alguien ajeno al círculo familiar o amistoso es una experiencia satisfactoria y emocionante para muchos.

2. La sensación de aventura es indescriptible: citas a escondidas, en hoteles o lugares lejanos, donde nadie puede acceder significa vivir un secreto emocionante.

3. Lo prohibido genera adrenalina y gusto, por ello se disfruta; además, en un amante tienes «lo bueno» de la relación.

4. Algunos reviven sensaciones de sentirse amados, queridos, apapachados, retroceden en el tiempo.

5. Si en tu casa no tienes lo que quieres, un amante te da eso que necesitas o en su defecto crees necesitar. No está de más decir que el sexo es parte importante y lo disfrutas como nunca.

6. Aunque suene contradictorio, puede hacerte valorar a tu pareja y entonces analizar tu relación y darle un giro.

Desventajas

1. No siempre se es lo suficientemente cauteloso como para que nadie se de cuenta.

2. Mentir es armar una cadena de mentiras, que de descubrirse podrías perder más de una cosa, un matrimonio, problemas legales, entre otros detalles.

3. Puedes perder incluso al amante, pues al no ser algo secreto éste (a) puede no estar disponible a tus problemas.

4. Dejar de darle tiempo a otras cosas, sobre todo si tienes hijos, o trabajo, pues se debe cumplir con esas ocupaciones.

5. El amante es una escapatoria, pero puede ser una condena más, estar entre dos no es sencillo, y si te enamoras o se enamoran, ¡cuidado!

6. Se conoce otra forma de ser, de pensar, incluso la forma de acordar algo es más sencilla, cosa que se complica en una relación más formal.

7. Si tu amante se convierte en tu pareja, se puede sufrir de desconfianza, pues el temor de que existan amantes es latente.

Por Héctor Ledezma

La casa es tal vez el lugar más seguro, donde descansas, convives, haces el amor y compartes momentos importantes, pero, ¿conoces todos los rincones?

Por excelencia, la cama es el lugar para las relaciones sexuales; pero no es el único donde se puede realizar esa actividad, menos si vives en pareja. El sitio Sexualidad.es recomienda algunos que están a sólo unos pasos.

1. El clóset. Dependiendo el tamaño, en lugar de guardar la ropa, puedes meterte ahí y darle rienda suelta al placer. Los tubos, cajones y barras, pueden ser un buen soporte. Intenta posiciones sugerentes.

2. La cocina. Es un lugar caliente por obvias razones, pero siempre puedes aprovechar y ponerle un poco más de temperatura. Incluso pueden preparar algún platillo y mientras lo hacen preparar el horno para lo que sigue. La barra, incluso un comedor en la cocina te servirá de apoyo para el amor.

3. El baño. Diario tomas un baño, en pareja es mejor, ya sea mañana o noche, mientras te talla la espalda, unos besos, y después un momento único para comenzar o terminar el día. Un lavabo es también un buen lugar para postrarse, en la tina también se vale. No está de más tener los cuidados en el sexo en el agua.

4. En la mesa. Este mueble es una excelente superficie para el sexo, pero ¿qué tal debajo de ella? Comenzar arriba y terminar abajo es la opción, sólo hay que tener cuidado de no golpearse la cabeza. La imaginación estará a la orden, pues es un espacio reducido. Las sillas son buenas por si te cansas.

5. La puerta. Seguro hay más de una en tu casa, escoge la que más te guste, y en una de esas empieza la acción. Si la pasión te desborda no atravieses la puerta, quédate en ella, abierta o cerrada.

6. La ventana. En sexualidad hay casi de todo, y no faltan aquellos a los que les gusta la idea de ser observados por terceros. Así que si se presta, y te arriesgas, en la ventana una sesión de sexo puede ser una experiencia con mucha adrenalina.

7. En la terraza. Sentir el aire al contacto con tu cuerpo desnudo, ya sea de día o noche. Una buena opción para un poco de sexo al aire libre, si hay copas de vino y un poco de música… ¡Mejor!

8. En el garage. Este espacio puede ser usado para un rato de intimidad. Usa el auto como soporte; en verano la temperatura es idónea, en invierno, con el frío calentarás el lugar.

9. Las escaleras. Quédate en el descanso o en el escalón que más te guste y verás que son una buena opción para el sexo. Son interesantes para más de tres posiciones, los desniveles ayudan más de lo que puedes imaginar.

10. El cuarto de lavado. La fantasía del sexo en la lavadora en ciclo lento, para pasar al centrifugado es placentera al cien por ciento, pues el movimiento del aparato ayudará a la estimulación.

No olviden que también la búsqueda de opciones para hacer el amor, es una buena técnica para no caer en la rutina, o si existe, romper con ella.

Por Héctor Ledezma

El zodiaco tiene mucho que ver con el comportamiento de cada persona, de hecho, la astrología dice que los fenómenos celestes rigen las actividades humanas. Éstos influyen no sólo en las posiciones sexuales, sino también, en las zonas erógenas y en lo que les gusta hacer en el acto sexual. ¿Cuál es tu signo?

Aries: Les encanta que digan cosas subidas de tono durante el sexo, también en la conquista; son amantes de los juegos y disfraces, donde la imaginación tiene mucho que ver. Necesitan de toqueteo y besos.

Tauro: A los nacidos bajo este signo, les da pena el sexo oral, pero es de suma importancia para un orgasmo pleno y placentero. Para que la pasión despierte deben sentirse amados o deseados, gustan del coito largo con penetraciones profundas y lentas.

Géminis: Lo salvaje corresponde a este signo, se vale de todo, mordidas, jaloneos, el placer en los senos es inmenso así como en el pene. Gustan de frotar los cuerpos y los multiorgasmos son parte de ellos.

Cáncer: Son un tanto voyeuristas, gustan de verse en un espejo o cámara, se excitan más con el placer del otro. La música hace un buen ambiente, los besos prolongados y la penetración suave es lo suyo.

Leo: Estos van por el placer, te arrancan la ropa; gustan de la penetración fuerte y repetida. No se conforman con un orgasmo, luego de uno van por otro.

Virgo: Suelen calentarse con películas eróticas, con cuerpos desnudos, escotes y faldas cortas. Son provocadores y se hacen los difíciles porque se excitan con las súplicas y urgencia sexual.

Libra: Les encanta fajar y recrear los sentidos con velas, olores, plática y buen vino durante el coqueteo y juego erótico. Les gusta quitarse la ropa en tono desafiante, les mueve el sexo oral en diversos lugares como la sala o cocina. Logran orgasmo fácilmente y les encanta repetir varias veces el acto en una sola noche.

Escorpión: Amanecen calientes desde que se levantan, son de los que mandan mensajes atrevidos esperando el acto con su pareja, te advierte que cuando llegues te encontrará sin ropa. Gustan de dominar la acción.

Sagitario: Les gusta empezar el toqueteo ya en la cama, en la posición donde uno está acostado y que la otra persona haga casi todo el trabajito. Tienen un cuerpo cálido y amoroso que incita a que lo adoren, gustan de las caricias suaves y las velas y de verles desnudos temblando de placer.

Capricornio: Les cuesta aflojar el cuerpo, olvidarse de los problemas y entregarse al placer. Son muy visuales y les importa mucho que su amante tenga buenas pompis y piernas. Les gusta ponerse en poses provocativas para que se exciten y luego duran horas y horas de placer sin freno.

Acuario: La seducción abarca la buena comida, las velas y la bebida, muchos besos y toqueteos con una actitud de «Gáname esclavo», que enciende a su pareja. Son de los que gritan en el éxtasis y orgasmo, les gusta cambiar de posiciones y salirse de la cama a otros rincones de la casa.

Piscis: No esperan, empiezan a tocar y arman el acto. Saben los puntos sensibles de su pareja con lo que los derriten. Son insaciables y locos en la cama.

De acuerdo a los gustos de cada persona, y aunado a lo que dice tu signo podrás armar toda una relación, juntando lo tuyo y lo de tu pareja.

Es importante saber las zonas erógenas de cada uno, para probar y experimentar, no olvides las 10 zonas erógenas masculinas por excelencia, y las posiciones sexuales que también tienen que ver con tu signo.

Por Héctor Ledezma

El pegging, es una práctica donde se da un intercambio de roles, es decir, la mujer es quien toma el papel activo en la relación sexual. En este práctica no hay reglas más allá de las que la pareja marque. La idea principal es que no sea el hombre el que penetre, sino que sea el penetrado, que ella sea la que tome las riendas en una situación de igualdad sexual.

El pegging, de acuerdo con educasexo.com, es una experiencia innovadora, que busca salir de la rutina, agregar placer y éxtasis, y enriquecer la vida sexual y de pareja.

La sexóloga Alessia Di Bari señala que esta práctica es más popular de lo que se cree, «cada vez más parejas heterosexuales se están dando permiso de experimentar y explorar su propia sexualidad y la de su pareja.»

Sin embargo, es cierto que muchos hombres heterosexuales reprimen esta y otros juegos sexuales similares, pues sienten que todo lo que tenga que ver con el ano es cosa de homosexuales, «esto es erróneo pero ellos así lo creen», menciona Di Bari.

Cabe mencionar, que existe la posibilidad que a personas bisexuales, al tener una visión más amplia de su sexualidad les haga menos ruido una práctica como el intercambio de roles, pero es importante aclarar que es una cuestión de gustos y no de preferencias.

Pegging ¿sí o no?

El pegging, también llamado Bend over boyfriend, no tiene más beneficios o perjuicios que otras experiencias; como toda actividad sexual será buena, mala, recomendable o no, siempre que la pareja esté dispuesta a probarla y decidan cómo la disfrutan.

La idea de un intercambio de roles, de entrada, es un juego muy erótico, sobre todo, divertido. En él, ellos podrán experimentar un poco la parte receptora, además de sentir el placer del punto P; ellas, por su lado, podrán tomar un papel más activo, donde darán más placer, ya que están acostumbradas a recibir.

Si deciden realizar el pegging, es importante que haya mucha comunicación, antes y durante la relación, «que se digan si les gusta o si regresan al inicio. Se debe tener cuidado de estimular adecuadamente el esfínter anal para no lastimarse. Les aconsejo comenzar despacio, con un dedo, luego dos, después un plug anal», recomienda la sexóloga.

Si al final se desea, pueden usar un arnés con un vibrador, este juguete sexual es un cinturón que es de cuero o látex, se sujeta a la cintura y se le acomoda un dildo o vibrador si es que no lo incluye, se venden en cualquier sexshop.

El sitio confidencial.com, destaca que el placer que se obtiene es infinito, de acuerdo a parejas que lo han probado; además, el hecho de ir por un juguete es algo ya interesante, donde ellas suelen elegir el color del dildo y ellos el grosor.

Lo importante del pegging es hacerlo con total consentimiento y ganas, dejar claro que el hombre está siendo penetrado por una mujer, lo que para nada lo convierte en homosexual, simplemente «está experimentando nuevos horizontes sexuales».

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Por Héctor Ledezma

Hombres y mujeres recurren a las mentiras piadosas cuando quieren salir del paso, o para evitar lo que puede ser una intensa discusión. Puede ser por no querer tener relaciones, por el contrario, tenerlas; para evitar que se den cuenta de una infidelidad, o simplemente para salir de una situación incómoda.

La lista de mentiras podría ser interminable, pero te presentamos algunas:

1.- ¡Claro que terminé!: Es una de las más dichas por las mujeres, sobre todo cuando no se sienten satisfechas y temen que su pareja se sienta mal, porque ellas no tuvieron un orgasmo. La sexualidad femenina en lo que respecta a llegar al clímax es muy complicada, por lo que afirmar que se «terminó» aminora la situación.

2.- ¡Eres el mejor que he tenido!: La mayoría de los hombres se sienten muy seguros de sí a la hora del sexo, pero que se los digan les sube el ego en demasía. Por tal motivo, muchas chicas ayudan en ello y afirman que su actual pareja es el mejor, pero si esto está demasiado lejos de la realidad, son ellas las que más lo sufren. Los hombres son vistos como responsables del orgasmo femenino, por ello si no los adulas se frustran.

3.- Yo no finjo orgasmos: El ego de los hombres se liga a lo que se hace en la cama, y al ser vistos como seres netamente sexuales, si ellos alcanzan el orgasmo y la mujer no, causa un conflicto, sobre todo porque recae en ellos la culpa. Por lo que fingir un orgasmo es una salida fácil para no herirlos.

4.- Me duele la cabeza: Cuando las mujeres no están dispuestas, o simplemente no quieren tener relaciones sexuales, la mentira más sencilla es decir que les duele la cabeza, aunque puede no tener ya un buen efecto, el que sea algo doloroso frena las ganas de los hombres, pues aseguran la no satisfacción.

5.- El tamaño no importa: No es general, pero entre mujeres saben que el tamaño importa, pues aunque no quieren un pene grande, si prefieren uno no pequeño. Por lo que este sigue siendo un mito y se queda en la percepción y gusto personal. Pero muchas chicas para no herir a su pareja, suelen decirle que eso no les interesa.

6.- Sí me gusta conocer: La renuencia a peticiones de algún miembro de la pareja es sin duda una causa de discusión, por lo que quien se muestra poco participativo, tiene que decir que sí, aunque no quiera o no esté seguro. Esto incluye desde juegos eróticos, hasta cosas más fuertes como un intercambio de parejas.

Mentir es una cuestión de decisión y muchas veces de evasión; a largo plazo puede pasar de chistoso o piadoso, a trascendental, ya que una mentira lleva a otra y dependiendo del nivel de ésta, será la consecuencia.

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Por Héctor Ledezma

Las mujeres prefieren a los hombres rudos por encima de los cariñosos y sensibles, así lo explica el antropólogo Richard Wrangham. Sugieren que desde hace miles de años, ellas escogían a los hombres más rudos y violentos, porque éstos les hacen sentir protección y seguridad.

El investigador señala que los hombres que son caballerosos y románticos, pero que no tienen las características del simio masculino, no tienen éxito con las mujeres; porque las chicas buscan hombres que las cuiden, aseguren la procreación, además de vivir muchos años.

En opinión de los antropólogos, existe una relación estrecha entre los animales y las personas, en lo que se refiere a la forma de elegir pareja, donde uno de los integrantes será el que se haga cargo del descendiente.

Por otro lado, un estudio que se realizó en Londres definió lo contrario, ya que en este las mujeres prefieren a los hombres con rasgos afeminados, ya que los consideran más fieles y se comprometen más en una relación duradera, que los de rostro más viril.

Los resultados que fueron publicados en la revista Personality and Individual Differences, contradicen la afirmación de que el machismo es sinónimo de salud y buen físico. La virilidad da la sensación de dominio pero no garantiza la condición física, así lo dijo en la publicación el investigador David Perrett.

El sexólogo César Pérez del Imesex comenta:

«Creo que las mujeres quieren ambas cosas, protección, pero también sensibilidad y cariño, más no rudeza. Esto porque la mayoría de las mujeres son educadas de forma sensible y cariñosa, por ello no pueden dejar de sentir lo que han tenido y es lo que necesitan.

El gusto por algún tipo de hombre es determinado por cada persona, pero siempre influye la historia personal, «el contexto en el que se desenvolvieron, lo que en un momento dado la familia les hizo creer o lo que vivió en la suya».

En el caso de los hombres, tienen que cargar con una presión que surge desde viejos tiempos, donde todos dicen qué les gusta o debe gustar, o cómo deben verse, pero nadie les pregunta cuáles son sus deseos, o si son rudos porque quieren y no porque creen que deben serlo.

El hombre ideal no existe, sin embargo, siempre hay ciertos prototipos, tópicos en los que las mujeres se fijan, siendo difícil establecer si prevalece el físico o la personalidad.

¿Cuál será el tipo de hombre que atrae más a las mujeres mexicanas?

El punto G es un enigma, causa de mitos y hasta de problemas por no saber a fondo qué es y sobre todo por creer que sólo mediante él se obtienen múltiples orgasmos. El punto P es su equivalente masculino, pero del que casi no se habla

La sexualidad esconde muchos mitos, muchos de los cuales carecen de respuestas; algunos buscan unas cuantas, creen lo que se les antoja y a veces hasta ponen en riesgo su relación y la misma sexualidad. No hay mejor cosa que conocer y experimentar, pues nadie aprende en cabeza ajena.

Las relaciones sexuales se miden muchas veces en orgasmos, si los hay, entonces fue satisfactoria, si no, todo lo contrario; es sabido que de un buen entendimiento sexual depende muchas veces la estabilidad de una relación, y si no existe, simplemente es una buena forma de experimentar y vivir la sexualidad plenamente.

Desde tiempos remotos, las mujeres han sido relegadas a segundo término, pues en muchas culturas han sido desde siempre meras hacedoras de hijos, lo que ha limitado su sexualidad, por lo que aventarse a conocerse, explorarse y disfrutarse es complicado.

Sabemos que las mujeres pueden experimentar múltiples orgasmos, y existe un punto de su cuerpo que se relaciona con esto, el mítico punto G. César Pérez, sexólogo y terapeuta nos comenta:

«Es una glándula que se localiza en la parte superior de la vagina, imaginemos que es un reloj, el punto G se encuentra entre las 11 y la 1, o sea, entre el hueso púbico y el cuello uterino.»

«Recibe su nombre de su descubridor, Ernst Gräfenberg, y el punto G se relaciona con la eyaculación femenina y los multirorgasmos, sin embargo, es importante decir que aún si no se conoce o se llega a él, se puede disfrutar de una relación sexual con orgasmos.»

Es sumamente sensible porque está rodeado de terminaciones nerviosas y la mejor manera de estimularlo es insertar uno o dos dedos algo doblados hacia arriba, o bien con una penetración por detrás durante el acto sexual.

Llegar al punto G no es tarea fácil, hay mujeres que se atreven a buscarlo y no lo encuentran, por lo que se aumenta el mito sobre si realmente existe, pero también hay quienes aseguran conocerlo y afirman que lo disfrutan más.

Está la sombra del miedo y el tabú, pues muchas mujeres no viven su sexualidad plenamente, no se tocan, no se exploran y no identifican lo que les gusta y lo que no. «El enigmático punto G, no cambia con la edad, ni el tiempo, y siempre se recomienda aventarse, y si se tiene pareja, jugar, vivir, y disfrutar del sexo.»

¿Y los hombres?

Si el punto G es enigmático, el punto P (equivalente masculino) es lo que le sigue; no es otro que la próstata, órgano masculino del tamaño de una nuez que produce entre otras cosas, el semen.

Su controversia se debe a que la única forma de llegar al punto P es mediante el ano, por lo que muchos hombres al relacionarlo con los hombres homosexuales se rehúsan a satisfacer y conocer ese punto, pues no pueden perder ni un gramo de masculinidad.

No sólo en hombres heterosexuales existe ese prejuicio, ya que a pesar de que en las relaciones homosexuales el sexo anal es muy importante, los llamados «activos» que son los que penetran, se niegan a esta actividad y con ello el conocer el punto P.

Muchos de los mitos y miedos vienen por cuestiones culturales y sociales, donde el hombre siempre es el que da y no recibe. Es difícil imaginar que puedan siquiera tocarse con el fin de estimular la próstata. Pero a diferencia del punto G, está comprobado que el punto P es causante de una mayor excitación, orgasmos más intensos y una eyaculación más potente.

Aún con ello, hay parejas heterosexuales que se animan a incluir entre sus prácticas sexuales la satisfacción masculina a través del punto P, pero para ello se necesita mucha madurez, confianza y, ¿por qué no?, una terapia para aprender y comprender que el estimular el punto P no convierte a los hombres en homosexuales: «Hay que basarse en la parte fisiológica, pues es placentero, las parejas que se animan son pocas; otras, se asustan, pero los que lo hacen no pueden negar la satisfacción».

Cada uno decide cómo vive su sexualidad, cómo experimenta y cómo la disfruta. Buscar, encontrar y estimular tanto el punto G como el P depende de la persona, de su madurez y sus propios prejuicios.

Porque hasta en la madre patria hay problemas con eso del punto G.


ÉSTE ES HÉCTOR LEDEZMA…CONÓCEME

Twitter: @natheleo

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Periodista y comunicólogo, editor, amante del tenis, de la vida, de la sexualidad como parte inherente al ser humano.

Comencé mi carrera en El Universal, en el sitio para jóvenes tva.com.mx, posteriormente llamado De10.mx donde fui redactor de sexualidad, además de reportero.

Coeditor en el sitio hiperlocal El Universal Del Valle, y en El Universal Estado de México.

Actualmente columnista de sexualidad y editor en el Semanario Hoy Valle de México del Estado de México.

Me gusta el teatro, el cine, la televisión, los espectáculos en general, por ello soy bloguero en Del Cielo a la Tierra

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