No Walls, No Limits by Héctor

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Por Héctor Ledezma

La cercanía que puede tener tu pareja con tus amigos es algo normal, de hecho es parte de la aceptación que tienen unos con otros, de hecho, grandes amistades surgen de eso, pero cuando te gusta la pareja de tu amigo o amiga las cosas cambian, más si se llega al sexo.

De acuerdo con el sexólogo César Pérez, esta situación existe, pero no es tan común como cualquier otra actividad sexual, pues no se refiere únicamente a la infidelidad, sino que se involucra a personas cercanas, como lo es un amigo.

En la red, esas historias son muy comunes; en diversos sitios electrónicos, como Enfemenino.com se recopilan relatos de experiencias de ese tipo, como el siguiente:

«Un día andaba en una fiesta con mi novia, mi mejor amigo y su pareja. Hubo mucho alcohol, yo no tomé mucho pues era el conductor, y la novia de mi amigo tampoco. Terminó la fiesta, nos subimos al carro y fuimos a dejar a mi novia, a mi mejor amigo, quedamos su novia y yo.

(…) Cuando íbamos en camino me dijo que ella ya le había sido infiel algunas veces, me preguntó que si no me gustaba, le dije que era muy bella, entonces ella me besó, y como es muy guapa tuve una erección, ella me hizo sexo oral.»

Comentarios como este, reales o no, reflejan que es una fantasía que no es difícil de llevar a cabo, más si entre los dos hay una complicidad y gusto.

La fantasía puede quedarse ahí, ya que no depende sólo de uno, sino de dos para cumplirla; además, por obvias razones no es algo que compartas con tu pareja. Si no sucede, lo mejor es dejarlo pasar, olvidarlo, porque ¿para qué deseas externarlo, cuál sería el beneficio, a quién ayuda, cuál es el objetivo?

Un triángulo difícil de cuadrar

Ellas no se quedan atrás, también pueden encontrarse con que el novio de su amiga les gusta y que él, incluso, les tire la onda; pero pueden ser un poco más reservadas, al final, saben que ellas serán las que quedarán mal.

El sitio Sonpareja.com recomienda nunca enrolarse con una pareja ajena, menos si es de alguien tan cercano como un amigo, pues la amistad puede perderse y la «relación» también.

En el portal Nosotras.com también hay un relato que cuenta la historia de un hombre que tuvo sexo con la esposa de su mejor amigo. Un encuentro desenfrenado que describe «como animales en la cocina».

En este caso todo comenzó con miradas que denotaban «algo», hasta que los comentarios entre ellos subieron de tono y culminó con una sesión de sexo.

Si ocurre una situación parecida y tu amigo o amiga se entera, lo más seguro es que acabe esa amistad, así que antes de hacerlo piensa en la fuerza de su relación. Si se habla de sexo y de compartir a la pareja, se entraría en otro terreno y depende de cada uno, ya que es más un intercambio de parejas o incluso un trío, que puede funcionar sexualmente, pero no emocionalmente.

Las mujeres sufren más cuando se enamoran, pues para ellas no significa sólo sexo. La página Cosmohispano.com recomienda aterrizar y no soñar, por más que te guste o incluso estés enamorado.

Cabe destacar que el fantasma de «lo prohibido» puede estar rondando tu mente, ya que en general se tiende a querer eso que no se puede tener.

Si se es buena amiga o amigo, terminarás por darte cuenta que vale más una amistad, olvidarás la idea de la pareja de tu camarada y te alejarás. De más está decir que por más culpa que puedas sentir, lo mejor es no abrir la boca, pues es muy posible que tu amigo no pueda entenderlo.

Por Héctor Ledezma

La casa es tal vez el lugar más seguro, donde descansas, convives, haces el amor y compartes momentos importantes, pero, ¿conoces todos los rincones?

Por excelencia, la cama es el lugar para las relaciones sexuales; pero no es el único donde se puede realizar esa actividad, menos si vives en pareja. El sitio Sexualidad.es recomienda algunos que están a sólo unos pasos.

1. El clóset. Dependiendo el tamaño, en lugar de guardar la ropa, puedes meterte ahí y darle rienda suelta al placer. Los tubos, cajones y barras, pueden ser un buen soporte. Intenta posiciones sugerentes.

2. La cocina. Es un lugar caliente por obvias razones, pero siempre puedes aprovechar y ponerle un poco más de temperatura. Incluso pueden preparar algún platillo y mientras lo hacen preparar el horno para lo que sigue. La barra, incluso un comedor en la cocina te servirá de apoyo para el amor.

3. El baño. Diario tomas un baño, en pareja es mejor, ya sea mañana o noche, mientras te talla la espalda, unos besos, y después un momento único para comenzar o terminar el día. Un lavabo es también un buen lugar para postrarse, en la tina también se vale. No está de más tener los cuidados en el sexo en el agua.

4. En la mesa. Este mueble es una excelente superficie para el sexo, pero ¿qué tal debajo de ella? Comenzar arriba y terminar abajo es la opción, sólo hay que tener cuidado de no golpearse la cabeza. La imaginación estará a la orden, pues es un espacio reducido. Las sillas son buenas por si te cansas.

5. La puerta. Seguro hay más de una en tu casa, escoge la que más te guste, y en una de esas empieza la acción. Si la pasión te desborda no atravieses la puerta, quédate en ella, abierta o cerrada.

6. La ventana. En sexualidad hay casi de todo, y no faltan aquellos a los que les gusta la idea de ser observados por terceros. Así que si se presta, y te arriesgas, en la ventana una sesión de sexo puede ser una experiencia con mucha adrenalina.

7. En la terraza. Sentir el aire al contacto con tu cuerpo desnudo, ya sea de día o noche. Una buena opción para un poco de sexo al aire libre, si hay copas de vino y un poco de música… ¡Mejor!

8. En el garage. Este espacio puede ser usado para un rato de intimidad. Usa el auto como soporte; en verano la temperatura es idónea, en invierno, con el frío calentarás el lugar.

9. Las escaleras. Quédate en el descanso o en el escalón que más te guste y verás que son una buena opción para el sexo. Son interesantes para más de tres posiciones, los desniveles ayudan más de lo que puedes imaginar.

10. El cuarto de lavado. La fantasía del sexo en la lavadora en ciclo lento, para pasar al centrifugado es placentera al cien por ciento, pues el movimiento del aparato ayudará a la estimulación.

No olviden que también la búsqueda de opciones para hacer el amor, es una buena técnica para no caer en la rutina, o si existe, romper con ella.

Por Héctor Ledezma

La recámara es tal vez un lugar después de tu oficina, o escuela donde pasas más tiempo, donde prefieres hacer el amor, donde descansas y duermes, por ello no es un lugar cualquiera.
La cama es el espacio por excelencia para el sexo, el cual no debe hacerse como si fuera un simulacro o un desfile, así que como en todo hay reglas que son importantes seguir, así lo dice el sitio Handbag.com.

1. Si prometes sexo, hay que darlo. Dicen por ahí que se promete lo que se cumple, si dices a tu pareja que en determinado momento tendrán sexo, ya sea en la noche o al otro día, llueva, truene o relampagueé deberás hacerlo.

Claro que hay momentos donde es imposible, un compromiso de vida o muerte, salud, pero si fallas varias veces tu pareja simplemente ya no te creerá.

2. Celos del vibrador. Algunas mujeres se atreven a probar los placeres de un dildo o vibrador, con lo que conocen un poco más a fondo su sexualidad y además conocen su cuerpo, pero hay quien a falta de sexo con pareja puede usarlo de más, lo que causa un poco de «celos» en sus parejas.

Cabe decir que una mujer debe usarlo lo necesario, nunca más que el sexo con una pareja, ya que además con un vibrador pueden tener un orgasmo más rápido, con lo que el sexo con una persona podría ser un poco más tardado.

3. Comparte el juguete sexual. Ellas son más asiduas a los juguetes, claro está que ellos también tienen los suyos, pero hablando exclusivamente de un vibrador, para evitar el punto anterior, dense el tiempo y que él sea el que controle, el que manipule los movimientos del aparato, para tener más que ver con el placer de ella. Incluso a él le servirá para conocer a su pareja e identificar sus zonas de placer.

4. Aguas con el herpes. En general todas las infecciones de transmisión sexual son de cuidado, pero si se tiene una como el herpes bucal, no se puede ir a los genitales con ello, ya que puede transferirse y sin duda será muy desagradable.

5. Dar rienda suelta con el sexo oral. Aprovechar todas las oportunidades para hacer sexo oral, con ello, ellas aprenderán a quitarse un poco el estigma de esta práctica, además de que perfeccionarán su técnica, ellos lo agradecerán, no subestimen el poder de una buena felación.

6. Sexo con estimulación. El sexo es algo que se debe disfrutar con lentitud, midiendo los pasos, sintiendo cada momento. Las caricias y los besos son de suma importancia, es sabido que eso prepara al cuerpo para lo que viene.

El preámbulo es una parte importante en la relación sexual, no sólo la penetración, sobre todo para las mujeres que necesitan de cierta estimulación para poder ser penetradas.

7. Abiertos a nuevas ideas. Lo nuevo puede causar miedo, pero puede ser algo placentero, no se vale quedarse callados si quieren probar algo que vieron o leyeron, siempre que esté dentro de la ley.

Una nueva postura, un nuevo lugar, tal vez un sexo fuera de casa, o una fantasía que se puede cumplir, todo eso ayudará a la confianza de pareja y a la relación, además de que bien hecho puede aterrizar en una buena acción.

8. Si serás infiel, mira bien con quién. El sexo con un tercero (a) no se recomienda sin protección, menos si existe un acuerdo con tu pareja de no usarlo, ya que se traicionaría la confianza y una sesión de sexo puede representar una infección de transmisión sexual grave.

No piensen que porque puede ser un conocido está sano, a menos que sepas su historia, lo cual es casi imposible.

9. Terminen lo más cercanos posible. Está comprobado que ellas son multiorgásmicas, pueden tener más orgasmos que ellos, y aunque el orgasmo es de quien lo trabaja, lo ideal es que se preocupen tanto del suyo como el de su pareja, es decir, compartan su placer.

Háblense, díganse si ya uno terminará y espere al otro, con esto no es que busquen un orgasmo simultáneo, se puede pero es complicado, lo mejor es unirse y terminar cuando los dos lo deseen.

10. Sexo cuando se quiera. El sexo a todas horas es más un mito que fomentan algunos medios, porque además de eso, muchos tiene que atender otros asuntos, lo ideal es tenerlo de acuerdo a sus tiempos, cuando los dos quieran y puedan para que esa unión sea placentera para ambos y no un martirio.

Tampoco se trata de no darle prioridad, también es importante y como tal hay que buscarle un espacio, siempre de acuerdo a las necesidades y/o acuerdos de pareja.

Por Héctor Ledezma

Ser dominados, hacer un trío sexual, mirar y ser mirados, son algunas de las prácticas que los varones pretenden realizar algún día

De acuerdo a estudios realizados por expertos, los hombres y las mujeres fantasean igual, la diferencia radica en lo que piensan o quieren. De hecho, el 55 por ciento de los varones y el 20 por ciento de las damas tienen, al menos, una fantasía sexual al día.

En este artículo nos enfocaremos a lo que desean ellos y las fantasías que quieren cumplir. El sitio Nosotras.com publicó una lista de 10 cosas que los hombres, en general, pretender realizar algún día. Sus sueños abarcan desde tener un encuentro sexual con una sexo servidora hasta sostener relaciones con otro hombre, sin que ello signifique que son homosexuales.

1. Sexo con una prostituta: Es una fantasía que aunque pueda no creerse que se tiene, existe. De hecho, muchos hombres se «inician» con una y se convierte en una de esas prácticas que se hacen por lo menos una vez en la vida.

2. Ser dominados: Aunque en la mayoría de las relaciones sexuales el hombre es la parte activa, a muchos les gusta que ellas sean las que dicten el orden y ellos hagan lo que les piden.

3. Sexo fácil: «El aquí te agarro, aquí te mato» cobra mucho sentido, ya que a los hombres les gustan los «rapidines», pero además hacerlo en el momento en que se les antoja, sea en un baño, el cine, el autobús y con la mujer que sea.

4. Tríos sexuales: Estar con más de una mujer a la vez es otra de las fantasías que pretenden cumplir; generalmente, una de ellas es su pareja, si hay alguna otra combinación, es algo muy particular.

5. Ver y no hacer: Son vouyeristas, les gustaría ver a su pareja con otro, algo como el candaulismo, donde la comparten por el placer de verla en acción.

6. Entre hombres: Pese a que no hay una estadística, y ni la habrá, pues muchos hombres temen ser catalogados de homosexuales por pensar en la idea de estar con un hombre, ésta es una de las prácticas que más viven en su mente.

7. Orgías: El sexo con varias personas pone a prueba la capacidad de muchos hombres; por ello, les gusta pensarse en una orgía, donde pueden tener relaciones con más de una persona, con el extra de que son observados.

8. Prisioneros: Cómo les atrae la idea de ser dominados por su pareja, les llama que en algún encuentro sean esposados, atados por ella, como si fuera un esclavo.

9. Efecto voyeur: Les gusta que los vean, pero también ver. Sea en vivo o no, a los hombres, que son muy visuales, les encanta presenciar de alguna forma un encuentro sexual.

10. El punto P: Los hombres saben que el equivalente al punto G femenino es el punto P, por la próstata, al cual sólo se llega por el ano, por lo que, aunque existen mitos, algunos sueñan con lograr vencer esa barrera y meterse a ese mundo de placer.

Los hombres son menos complejos que las mujeres, ellos piensan en cosas directas, concretas, sin tanto ambiente, lo simple.

Las fantasías pueden ser realizables, de eso depende si se hace o no, pues hay algunas que están lejanas a la realidad. Pueden crear una lista y llevarlas a cabo.

De acuerdo con Nina, hay un decálogo que siempre es bueno tener en cuenta a la hora de realizar alguna fantasía, esto incluye elegir el mejor momento, comunicar los deseos a fin de compartirlos; ir de a poco, es decir, con fantasías inocentes hasta llegar a las fuertes, no afectar a terceros, poner en práctica fantasías a la altura de la calidad, perder miedo a no tener el control de la fantasías, entre otras cosas.

Por Héctor Ledezma

Las tentaciones a las que tanto hombres como mujeres pueden estar expuestos son muchas. Las sexuales van más allá de comer una rebanada extra de pastel o comprar ese vestido que endudará la tarjeta de crédito.

Las cosas o situaciones que pueden seducirlos parecen inofensivos cuando se habla de sexo, donde lo prohibido o tentador cobra otra perspectiva, algo así como la «tentación de la carne».

El sexólogo César Pérez dice que una tentación «se puede dividir en un juego de palabras donde relacionamos tentar, tocar, sentir; entonces lo sexual es todo lo relacionado al erotismo, placer. Es decir, aquello que deseamos con esos fines».

La tentación sexual no es sinónimo de fantasía sexual, ya que ésta última puede no llevarse a cabo nunca y tiene mucho de imaginación y poco común; mientras que la primera ya se basa en medios y objetivos específicos, «es como si la fantasía fuera la parte intelectual y la tentación es una ejecución», explica el especialista.

Cabe destacar que las tentaciones siempre se relacionan a lo prohibido, es justamente eso lo que lo hace deseable. Sino fuera así, «la gente lo haría sin remordimientos o miedos, y entonces la etiqueta de «tentador» perdería sentido, y sería una práctica más», agrega.

El sitio intimos.com publicó un reporte hecho por la editorial Arlequín, que se llama «Reporte del Romance 2010: Tentado» que revela anhelos y tentaciones comunes entre hombres y mujeres:

– Un 73 por ciento de los hombres han estados tentados a tener un ligue de una noche.

– El 40 por ciento de los sondeados creen que es inofensivo sentir deseo sexual por alguien más que su pareja. Sobre este punto el sexólogo comenta que es de los más comunes, y es natural que se sienta una atracción por determinada persona, la diferencia estará en si se lleva o no a la realidad ese deseo.

– Casi la mitad (43 por ciento) de hombres han estado instigados a enredarse con la pareja de un amigo.

– Cinco por ciento de hombres y mujeres piensan que no hay nada malo en encontrarse con un ex a espaldas de su pareja. Esto bajo el entendido que no hay amor, y sólo es un sex friend, aunque esto no lo hace más aceptable.

– Mientras que el 50 por ciento de los hombres se sienten mayormente tentados por el sexo, el 56 por ciento de las mujeres se sienten más tentadas por la comida.

Ante la diferencia entre hombres y mujeres sobre quién sufre más de tentaciones, es difícil medirlo, ya que los medios o tentaciones están puestas a los dos sexos. La diferencia puede ser que los hombres siempre han tenido más permisión de «pecar» y se les toma a veces como logros, y las mujeres no, de entrada hay una prohibición propia, por lo que aunado a la cuestión social, son menos propensas a caer.

César Pérez agrega como posibles tentaciones comunes: el querer hacer una práctica nueva, probar uno o varios cuerpos diferentes; y probar el sexo en lugares prohibidos y distintos. Al final depende de cada quien, su propio gusto, deseo, y sobre todo, permisión.

Por Héctor Ledezma

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De acuerdo con el sexólogo César Pérez, una fantasía sexual es una idea, pensamiento, o imagen que altera sensaciones, emociones y percepciones que conllevan, casi siempre a la excitación. Una fantasía es como la persona la desee, piense y quiera, no hay ningún límite.

Lo interesante viene cuando hay fantasías realizables, las que no son tan complicadas y están casi a la mano, se hacen y entonces hasta se crea una lista como la mostrada en ciudad.com.ar, donde por tema se pone lo que se quiere practicar, algo más o menos así:

Trío:

Dos mujeres y un hombre (sí, en negritas)
Dos hombres y una mujer

Masturbaciones:

Con el vibrador en la parte más alta de la terraza.
En la ventana cuando el vecino esté en casa con las persianas abiertas.

El fin es realizarlas de acuerdo a las necesidades y posibilidades, siempre que no se afecte la integridad de terceras personas, pues antes, está el respeto, y por más excitante que pueda ser, no es algo que se deba omitir.

Hombres y mujeres fantasean igual

El sitio terra.com.mx comenta que los hombres y las mujeres fantasean por igual. La diferencia radica en que ellos tienden a fantasear situaciones en las que son los que hacen las cosas; mientras que las mujeres se imaginan siendo las receptoras de las cosas que le hacen otros.

De hecho, una variante muy excitante para ambos sexos es cambiar los roles e imaginarse ellos, que les hacen cosas, y ellas, que las hacen. También los hombres son menos propensos a elaborar historias complejas que las mujeres: son más directos, les gustan los exotismos y los argumentos simples.

Dentro de las más comunes para los hombres están:

Realizar prácticas sexuales con personas extrañas. Casi la mitad de los hombres (47%) fantasean así, con conocidas y desconocidas. La variedad parece que forma parte de las necesidades sexuales íntimas de los hombres, sobre todo de los más jóvenes, y las reflejan en sus fantasías.

Tener relaciones sexuales con varias mujeres a la vez. Un hombre de cada tres (33%) fantasea de este modo. Le pasa siempre a los más jóvenes de ambos sexos.

– Un 19% de los hombres fantasean con actividades sexuales y situaciones en las que jamás se comprometerían en la vida real. Al contrario que las mujeres, que tienen más fantasías de ese tipo (un 28%).

Y ellas fantasean con...

Realizar prácticas sexuales que nunca serían capaces de llevar a la realidad. Esto incluye prácticamente cualquier cosa, y confirma el carácter liberador, lúdico, que tienen las fantasías eróticas. Las mujeres tienen este tipo de fantasía en mayor medida que los hombres. Un 28% de ellas se excitan así.

A esa fantasía le sigue tener sexo con un extraño. Una de cada cinco mujeres (21%) fantasean con ello. En ocasiones se trata de alguien conocido, pero la mayor parte de las veces se trata de alguien visto fortuitamente por la calle o en cualquier ambiente cotidiano.

El 19% de las mujeres, sobre todo las más jóvenes, fantasean con que son obligadas a tener relaciones sexuales por conocidos o desconocidos. Aquí cabe aclarar que es por la excitación que producen los hechos con morbo, que no es sinónimo de deseo.

Por lo tanto, aunque las respuestas son diversas, las fantasías son parte de la sexualidad, el sitio mujer.com dice que expertos consideran a esta parte de la sexualidad como enriquecedora, evitan la rutina y son parte de la vida sexual plena, aunque no falta quien crea que es para gente pervertida. Lo cierto es que algunos afirman tenerlas, otros las callan y pocos se atreven a reconocer que fantasean.

Cabe destacar, que el sexo no se planea del todo, pero una lista de pendientes no está de más, siempre que no caiga en la monotonía. Y con ello no pase lo que menciona soitu.es que aunque mucha gente cuente con interesantes y estimulantes fantasías de índole sexual, como el deseo no es algo apremiante, pasa el tiempo y no se hacen.


¿Qué incluirías en tu lista de fantasías sexuales pendientes?

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Héctor Ledezma

Los romances entre papeles, salas de juntas, escritorios, computadoras, por un lado pueden ser una fantasía; por otro, hay situaciones que logran aterrizarse y vivirse sin importar estado civil, relación laboral y menos si es real o un simple «amor de oficina».

El psicólogo y sexólogo, Miguel Ángel Espinosa Díaz comenta:

«El romance, la excitación y/o el amor, pueden llegar de manera inesperada en cualquier momento, sencillamente aparece. Una de las formas en que podemos dar rienda suelta a las sensaciones que nos brindan son las fantasías, en ellas no hay reglas más que las que el autor creativo desea, es ahí el lugar perfecto para ´hacer´ lo que mis deseos me pidan, incluso aquellas cosas que socialmente no están permitidas, que suelen ser las que más llaman la atención a muchas personas debido a la curiosidad que se genera y las altas expectativas que se pueden crear basadas en lo que «yo imagino que ocurriría si»…

Debido a este deseo y a que algunos pasan más tiempo en su lugar de trabajo, se convive con las mismas personas, y esto se conjuga para que las relaciones en la oficina se den, «algunas partiendo de este gusto por lo «prohibido», otras por conveniencia, cercanía, afinidad, y algunas más por el grato momento que se puede disfrutar entre dos personas (o más) que de pronto hacen «click» sin mayor explicación» dice Espinosa Díaz.

Una relación extra pareja, siempre es complicada si se tiene una persona estable, ya sea matrimonio o noviazgo, además se corre el riesgo de ser «cachado» o de sentirse mal consigo mismos. «Habría que preguntarse qué tanto se está dispuesto a asumir el riesgo. Por otro lado hay quienes establecen relaciones abiertas donde se permite salir con alguien más» afirma el psicólogo.

La decisión es meramente personal, donde la sinceridad y el respeto inician por uno mismo, aunque si se accede se deben tener muy en cuenta los límites, y sobre todo saber hacia dónde se va o dónde se quiere llegar, sino se enredarán en una confusión, de la cual será difícil salir.

En casos más leves y también comunes, las personas solteras, tienen menos problemas a la hora de entablar algún tipo de relación dentro del trabajo. «Muchos empleos suelen tener un reglamento respecto a las relaciones amorosas dentro de un centro laboral, independientemente de eso, se dan, y la pareja decide qué dinámica seguirá, a modo que no afecte a ninguno de los dos» comenta Miguel Espinosa.

Otro de los casos es cuando los dos son casados y uno de los dos se empieza a involucrar sentimientos, ya que «la posibilidad de que esa relación de oficina termine está latente, aunque la regla aplica a todo tipo de relación; la persona que se encuentre en ese dilema, de cambiar a una persona por otra, debe valorarlo muy bien» de lo contrario, será una de las parejas la que decida, y puede ser la «oficial» o la de «oficina».

En el mejor de los casos los romances de oficina son meramente encuentros sexuales, «porque es muy motivante hacer el amor en un lugar prohibido, la adrenalina es mucha; a algunos les gusta tomar riesgos y vivir experiencias sexuales en lugares no muy comunes o donde se es difícil y poco frecuente» continúa el sexólogo.

La mejor cara

Dentro de lo positivo casi se excluye a las personas comprometidas, pues para los solteros, los romances de oficina pueden ser definitivos para el futuro. El sitio hoymujer.com menciona:

1.- La llegada de «el nuevo» (o la nueva) ha hecho que en los últimos días el lugar donde antes pasabas más tiempo del deseado se convierta en un espacio agradable ¡y mucho más emocionante! ¿Qué me pongo para ir a trabajar? ¿Se fijará hoy en mí? ¿Cómo me las arreglo para sentarme a su lado cuando vayamos a tomar algo después del trabajo?

2.- Lo que antes era una pesadez de día, de repente nos ofrece mil nuevas oportunidades para flirtear. Pero, aquí no se admite el «todo se vale». Ya que sondeos realizados por CareerBuilder.com, afirman que dos tercios de los romances de oficina se acaban convirtiendo en relaciones estables.

3.- La idea es que llegues a conocer un poco mejor a la persona con la que estás a punto de empezar una relación durante un período de tiempo más largo. Puede que esa persona tenga un sentido de estilo «único», pero que a la vez sea considerada, graciosa y amable. O puede que ofrezcan siempre un aspecto inmaculado pero que tengan muy mal carácter.

la otra cara de la moneda

1.- Evita salir con tu jefe, ya que estas relaciones no son del todo buenas, en el peor de los casos perderías el trabajo si no accedes a insinuaciones, por el otro, tu imagen estaría en jaque si accedes, pues por tus actividades extracurriculares seguro conseguiste lo que tienes.

«Una relación amorosa Jefe-Empleado, tiene ingredientes muy especiales a tomar en cuenta, ya que existe una doble relación, la de amor y la de trabajo; diferenciar entre ellas y no mezclarlas es sano, una persona que empieza a mezclar estos ámbitos seguro empezará a tener una problemática tanto en el trabajo como en su relación de pareja», dice el sexólogo.

2.- Ten cuidado de no convertirte en la comidilla de la oficina. Asegúrate de ser profesional y de actuar con discreción en todo momento, hasta que estés convencido de que la relación es lo suficientemente sólida como para hacerla pública.

3.- Mientras que un 67% aprueba los romances en la oficina, un 81% de los profesionales de recursos humanos consideran que son peligrosos, ya que pueden ocasionar conflictos en el lugar de trabajo, según la información extraída de un sondeo realizado por la American Management Association.

El trabajo, cuna de infidelidades

«Si el lugar de trabajo se convierte prioritariamente en «el mundo» de las personas seguro las otras áreas de vida y las demás relaciones interpersonales, tendrán menor atención, por supuesto si la relación de pareja «estable» no está en constante actualización y renovación, entonces no es raro que en el mundo laboral se den relaciones amorosas que lleguen dar un giro a la rutina laboral como de pareja.

«Todo tipo de relación amorosa, aventura erótica, o experiencia romántica es completamente válida y puede ser disfrutada, siempre que se quiera tener esa experiencia, la sinceridad, respeto y amor hacía uno mismo nos ayudarán a tener una mejor comunicación con las personas con las que nos relacionemos y así establecer acuerdos claros y limites para evitar enredos y problemáticas» finaliza Miguel Espinosa.

Tener relaciones en un avión o en un parque mientras los demás observan; tener sexo con Angelina Jolie o Brad Pitt; ser objeto del deseo de tod@s o quedarse atorado en un elevador con la persona de sus sueños, son de las fantasías sexuales más recurrentes.

Las fantasías sexuales «son aquellas ideas, pensamientos, o imágenes sexuales que alteran las sensaciones, emociones y percepciones que conllevan, casi siempre, a la excitación sexual», comenta el sexólogo César Pérez. «La gran ventaja de la fantasía sexual es que puede ser como tú la desees, pienses y quieras.»

No hay una clasificación de fantasías, pues lo que para alguien puede ser muy exagerado, para otro no. Lo que si hay que decir es que las fantasías de los hombres son distintas a las de las mujeres.

«Según el estudio La fantasía sexual en las mujeres católicas de la sexóloga Ariadna Benavides, los hombres heterosexuales tienden a fantasear con más de una mujer a la vez, hacen más referencia al coito, donde hablan de pene y penetración; hacen énfasis en los besos, incluso al sometimiento de la pareja, a ser observados u observar y a estar en situaciones de peligro.

«Las mujeres heterosexuales tienden a fantasear con caricias, abrazos y besos de su pareja actual o de parejas anteriores, es decir, pocas veces es con un desconocido o con quien no se tenga un vínculo afectivo; no hacen tanta referencia a la relación coital, pero sí al amor, la comunicación, la suavidad y la dulzura.»

Lo común para ambos es la desnudez, los besos y las caricias; los escenarios como la playa, el mar o el campo y la presencia del orgasmo.

¿Y si fantaseo?

Se ha dicho que algunas personas se reprimen a la hora de hablar de sexo, no se dejan tocar, se angustian; en el caso de las fantasías hay que dejar claro que en la mente todo se vale, ahí sí se puede todo.

El objetivo de las fantasías «no es necesariamente la excitación, lo común es que pase, pero también puede ser por mero gusto de imaginar»; hay quienes lo usan como parte de la masturbación o mientras están en la relación sexual como parte de la estimulación.

En las fantasías, las situaciones normalmente son irreales, tal vez con un toque de realidad; sin embargo, la persona debe estar consciente de que eso no pasa, de que aventarse a hacerlas puede no ser tan placentero. «Si se quiere realizar, la fantasía pierde el toque mágico, además de que les puede ir mal, pues puede no ajustarse a lo que imaginaron, aunque no deja de ser excitante, novedosa, placentera.»

Por ejemplo, si alguien fantasea con hacerlo en un avión, por lo que implica la altura, lo excitante de que haya gente afuera y demás, puede verse «amargado» porque a la hora de la hora, seguro el baño es pequeño o mientras estás en lo tuyo alguien más quiere entrar. En fin, cosas que siempre pasan en la realidad, pero no en la fantasía.

Las fantasías son individuales, pero hay quien por comunicación o por darle un plus a la relación de pareja, las platica para salir un poco de la monotonía.

Uno de los mayores temores de algunos «fantaseadores» es que por hacerlo están siendo infieles: «Algunas veces, las parejas o personas creen que fantasear es síntoma de infidelidad, al saber que su pareja piensa y fantasea durante la relación sexual con otra persona; incluso hay quien cree que es una enfermedad o un tipo de perversión, esto es rotundamente falso, pues la fantasía sexual es un ingrediente más para la vida sexual».

Se recomienda darle vuelo a la imaginación, darse el gusto de pensar, de poder estar en otro lugar, hacer cosas que no se harían tan fácil; eso sí, sin clavarse u obsesionarse, pues hay cosas que seguro jamás se podrán hacer, total, fantasear no cuesta nada.

¿Cuál es tu fantasía?, ¿la has hecho realidad?


ÉSTE ES HÉCTOR LEDEZMA…CONÓCEME

Twitter: @natheleo

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Periodista y comunicólogo, editor, amante del tenis, de la vida, de la sexualidad como parte inherente al ser humano.

Comencé mi carrera en El Universal, en el sitio para jóvenes tva.com.mx, posteriormente llamado De10.mx donde fui redactor de sexualidad, además de reportero.

Coeditor en el sitio hiperlocal El Universal Del Valle, y en El Universal Estado de México.

Actualmente columnista de sexualidad y editor en el Semanario Hoy Valle de México del Estado de México.

Me gusta el teatro, el cine, la televisión, los espectáculos en general, por ello soy bloguero en Del Cielo a la Tierra

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