No Walls, No Limits by Héctor

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Por Héctor Ledezma

La cercanía que puede tener tu pareja con tus amigos es algo normal, de hecho es parte de la aceptación que tienen unos con otros, de hecho, grandes amistades surgen de eso, pero cuando te gusta la pareja de tu amigo o amiga las cosas cambian, más si se llega al sexo.

De acuerdo con el sexólogo César Pérez, esta situación existe, pero no es tan común como cualquier otra actividad sexual, pues no se refiere únicamente a la infidelidad, sino que se involucra a personas cercanas, como lo es un amigo.

En la red, esas historias son muy comunes; en diversos sitios electrónicos, como Enfemenino.com se recopilan relatos de experiencias de ese tipo, como el siguiente:

«Un día andaba en una fiesta con mi novia, mi mejor amigo y su pareja. Hubo mucho alcohol, yo no tomé mucho pues era el conductor, y la novia de mi amigo tampoco. Terminó la fiesta, nos subimos al carro y fuimos a dejar a mi novia, a mi mejor amigo, quedamos su novia y yo.

(…) Cuando íbamos en camino me dijo que ella ya le había sido infiel algunas veces, me preguntó que si no me gustaba, le dije que era muy bella, entonces ella me besó, y como es muy guapa tuve una erección, ella me hizo sexo oral.»

Comentarios como este, reales o no, reflejan que es una fantasía que no es difícil de llevar a cabo, más si entre los dos hay una complicidad y gusto.

La fantasía puede quedarse ahí, ya que no depende sólo de uno, sino de dos para cumplirla; además, por obvias razones no es algo que compartas con tu pareja. Si no sucede, lo mejor es dejarlo pasar, olvidarlo, porque ¿para qué deseas externarlo, cuál sería el beneficio, a quién ayuda, cuál es el objetivo?

Un triángulo difícil de cuadrar

Ellas no se quedan atrás, también pueden encontrarse con que el novio de su amiga les gusta y que él, incluso, les tire la onda; pero pueden ser un poco más reservadas, al final, saben que ellas serán las que quedarán mal.

El sitio Sonpareja.com recomienda nunca enrolarse con una pareja ajena, menos si es de alguien tan cercano como un amigo, pues la amistad puede perderse y la «relación» también.

En el portal Nosotras.com también hay un relato que cuenta la historia de un hombre que tuvo sexo con la esposa de su mejor amigo. Un encuentro desenfrenado que describe «como animales en la cocina».

En este caso todo comenzó con miradas que denotaban «algo», hasta que los comentarios entre ellos subieron de tono y culminó con una sesión de sexo.

Si ocurre una situación parecida y tu amigo o amiga se entera, lo más seguro es que acabe esa amistad, así que antes de hacerlo piensa en la fuerza de su relación. Si se habla de sexo y de compartir a la pareja, se entraría en otro terreno y depende de cada uno, ya que es más un intercambio de parejas o incluso un trío, que puede funcionar sexualmente, pero no emocionalmente.

Las mujeres sufren más cuando se enamoran, pues para ellas no significa sólo sexo. La página Cosmohispano.com recomienda aterrizar y no soñar, por más que te guste o incluso estés enamorado.

Cabe destacar que el fantasma de «lo prohibido» puede estar rondando tu mente, ya que en general se tiende a querer eso que no se puede tener.

Si se es buena amiga o amigo, terminarás por darte cuenta que vale más una amistad, olvidarás la idea de la pareja de tu camarada y te alejarás. De más está decir que por más culpa que puedas sentir, lo mejor es no abrir la boca, pues es muy posible que tu amigo no pueda entenderlo.

Por Héctor Ledezma

La recámara es tal vez un lugar después de tu oficina, o escuela donde pasas más tiempo, donde prefieres hacer el amor, donde descansas y duermes, por ello no es un lugar cualquiera.
La cama es el espacio por excelencia para el sexo, el cual no debe hacerse como si fuera un simulacro o un desfile, así que como en todo hay reglas que son importantes seguir, así lo dice el sitio Handbag.com.

1. Si prometes sexo, hay que darlo. Dicen por ahí que se promete lo que se cumple, si dices a tu pareja que en determinado momento tendrán sexo, ya sea en la noche o al otro día, llueva, truene o relampagueé deberás hacerlo.

Claro que hay momentos donde es imposible, un compromiso de vida o muerte, salud, pero si fallas varias veces tu pareja simplemente ya no te creerá.

2. Celos del vibrador. Algunas mujeres se atreven a probar los placeres de un dildo o vibrador, con lo que conocen un poco más a fondo su sexualidad y además conocen su cuerpo, pero hay quien a falta de sexo con pareja puede usarlo de más, lo que causa un poco de «celos» en sus parejas.

Cabe decir que una mujer debe usarlo lo necesario, nunca más que el sexo con una pareja, ya que además con un vibrador pueden tener un orgasmo más rápido, con lo que el sexo con una persona podría ser un poco más tardado.

3. Comparte el juguete sexual. Ellas son más asiduas a los juguetes, claro está que ellos también tienen los suyos, pero hablando exclusivamente de un vibrador, para evitar el punto anterior, dense el tiempo y que él sea el que controle, el que manipule los movimientos del aparato, para tener más que ver con el placer de ella. Incluso a él le servirá para conocer a su pareja e identificar sus zonas de placer.

4. Aguas con el herpes. En general todas las infecciones de transmisión sexual son de cuidado, pero si se tiene una como el herpes bucal, no se puede ir a los genitales con ello, ya que puede transferirse y sin duda será muy desagradable.

5. Dar rienda suelta con el sexo oral. Aprovechar todas las oportunidades para hacer sexo oral, con ello, ellas aprenderán a quitarse un poco el estigma de esta práctica, además de que perfeccionarán su técnica, ellos lo agradecerán, no subestimen el poder de una buena felación.

6. Sexo con estimulación. El sexo es algo que se debe disfrutar con lentitud, midiendo los pasos, sintiendo cada momento. Las caricias y los besos son de suma importancia, es sabido que eso prepara al cuerpo para lo que viene.

El preámbulo es una parte importante en la relación sexual, no sólo la penetración, sobre todo para las mujeres que necesitan de cierta estimulación para poder ser penetradas.

7. Abiertos a nuevas ideas. Lo nuevo puede causar miedo, pero puede ser algo placentero, no se vale quedarse callados si quieren probar algo que vieron o leyeron, siempre que esté dentro de la ley.

Una nueva postura, un nuevo lugar, tal vez un sexo fuera de casa, o una fantasía que se puede cumplir, todo eso ayudará a la confianza de pareja y a la relación, además de que bien hecho puede aterrizar en una buena acción.

8. Si serás infiel, mira bien con quién. El sexo con un tercero (a) no se recomienda sin protección, menos si existe un acuerdo con tu pareja de no usarlo, ya que se traicionaría la confianza y una sesión de sexo puede representar una infección de transmisión sexual grave.

No piensen que porque puede ser un conocido está sano, a menos que sepas su historia, lo cual es casi imposible.

9. Terminen lo más cercanos posible. Está comprobado que ellas son multiorgásmicas, pueden tener más orgasmos que ellos, y aunque el orgasmo es de quien lo trabaja, lo ideal es que se preocupen tanto del suyo como el de su pareja, es decir, compartan su placer.

Háblense, díganse si ya uno terminará y espere al otro, con esto no es que busquen un orgasmo simultáneo, se puede pero es complicado, lo mejor es unirse y terminar cuando los dos lo deseen.

10. Sexo cuando se quiera. El sexo a todas horas es más un mito que fomentan algunos medios, porque además de eso, muchos tiene que atender otros asuntos, lo ideal es tenerlo de acuerdo a sus tiempos, cuando los dos quieran y puedan para que esa unión sea placentera para ambos y no un martirio.

Tampoco se trata de no darle prioridad, también es importante y como tal hay que buscarle un espacio, siempre de acuerdo a las necesidades y/o acuerdos de pareja.

Nuestro cuerpo está lleno de “regiones” que nos causan placer, son las llamadas zonas erógenas, muchas de las cuales aún desconocemos, así que ¡a perder el miedo y a dejarse tocar!

No hay peor enemigo en las relaciones que la monotonía y esto repercute también en el sexo; muchas parejas se quejan de que su vida sexual está acabada o que es más divertido ver televisión que darse un momento con su pareja.

Por otro lado, es cierto que la falta de creatividad y las pocas ganas de ponerle «algo más» a la relación, pueden ocasionar incluso que termine. Nada sale de la nada, para que las cosas vayan bien hay que pensarle un poquito y «aventarse» a probar cosas que seguramente no están tan lejos de tu alcance.

Mucho tienen que ver el ritmo de vida, las costumbres e ideas, pues algunos tienen miedo o pena a experimentar; otros, esperan que sea la pareja la que tenga la iniciativa; se deja de lado la imaginación, de gran ayuda a la hora de la verdad.

Zonas ero… ¿qué?

El órgano más grande de nuestro cuerpo es la piel y, como tal, nos da muchas sensaciones placenteras. ¿Cuántos no brincamos ante el sólo roce de una mano, de todo un cuerpo, de un beso o una caricia? Sentimos un cosquilleo que nos recorre todo el cuerpo, nos ponemos rojos o «calientes» y todo eso nos invita a algo más.

Seguro todos hemos oído hablar de las zonas erógenas, relacionadas 100% a la sexualidad; son partes del cuerpo sensibles a una estimulación, la cual puede llegar de muchas maneras y que, de cierta forma, nos prepara para la relación sexual.

César Pérez, sexólogo, nos comenta:

«No podemos generalizarlas, pues en cada persona hay distintas zonas erógenas; aunque las más comunes son el cuello, los órganos sexuales, los pezones, los muslos, las piernas, los glúteos, la espalda.»

A pesar de que hay unas muy comunes, cada persona ubica y reconoce cuáles son sus zonas erógenas (si se lo permite), pues aún en una misma zona cada persona tiene una sensación diferente. La estimulación de una zona erógena casi siempre nos lleva a una respuesta sexual, «te excita o mantiene la excitación.»

Ya se ha comentado sobre el aventarse a conocerse, autoexplorarse, pues sólo así podrán identificar qué les gusta y qué no. Las zonas erógenas están presentes, pero si no se descubren, no se podrán disfrutar: «Hay muchos que no permiten que les toquen determinada parte, aún sabiendo que les gusta; eso ya es personal.»

Sabemos que los órganos sexuales son por excelencia una zona erógena, pero hay muchas que ni nosotros mismos conocemos. Así que lo ideal es que se dejen un poco atrás los tabúes respecto a los temas sexuales y que vivan su sexualidad plenamente, que se atrevan a sentir. No es una invitación, pues a fin de cuentas cada uno es dueño de su cuerpo y por lo tanto de cómo vive su sexualidad.

Las zonas erógenas van cambiando con los años, «cuando sé es adolescente, se desconocen muchas; con el paso del tiempo y la experiencia, se van descubriendo más; es importante que se atrevan a conocerse, pues una determinada zona erógena puede ser descubierta y tratada de formas distintas; no se responde de igual forma ante un beso o una caricia, ni tampoco ante una persona u otra».

Es importante decir que la mente juega un papel muy importante, pues aunque las zonas erógenas deben responder de forma casi automática, pues son sensibles, si las toca alguien por quien sentimos rechazo, la respuesta no será igual que si es alguien que nos gusta.

El sexólogo recomienda además que se vaya descubriendo poco a poco y que se animen a decir si algo les gusta o no, ya que por pena puede que se priven de satisfacción.

Las zonas erógenas son parte de nuestro cuerpo y depende de cada uno si las ignoramos o hacemos uso de ellas. Son aliadas en las relaciones sexuales y cumplen un papel importante en la sexualidad.

Los afrodisíacos parecen ser un mito más de la sexualidad, pues no se ha comprobado que sean efectivos y/o necesarios en una relación sexual

Desde tiempos antiguos, a algunos alimentos y sustancias se les han atribuido ciertas virtudes, siendo catalogados como afrodisíacos; el nombre viene de Afrodita, la diosa griega del amor, la fecundidad, la belleza y la energía.

«Los afrodisíacos son principalmente alimentos, sustancias naturales o químicas que estimulan y aumentan el deseo sexual. Los más populares son los que tienen semejanza con los órganos sexuales tanto masculinos como femeninos», comenta el sexólogo César Pérez del Instituto Mexicano de Sexología (Imesex).

Cabe destacar que ésa es la definición, pero no se ha comprobado científicamente que sean realmente estimulantes; en realidad, es más una creencia popular, pues de hecho no se sabe con exactitud cuánta gente recurre a ellos para tener una relación sexual.

Los alimentos que comúnmente son llamados afrodisíacos son casi todos los mariscos, entre los que destaca el camarón, el pescado, las ostras (que asemejan los órganos sexuales femeninos); también el plátano y los espárragos.

También están los llamados afrodisíacos internos o químicos, sustancias que favorecen el aumento del deseo sexual; algunos de ellos son, por ejemplo, los perfumes que estimulan el olfato o hasta las bebidas alcohólicas, las cuales son causa de debate, pues hay quienes afirman que ayudan a tener relaciones, aunque a veces se dice que desfavorecen la erección.

¡Anti-afrodisíacos!

Como en todo, siempre hay una contraparte. Existen también los anti-afrodisíacos. Los cuales inhiben el deseo sexual y esto sí se puede comprobar. Tal es el caso, por citar algunos, del tabaco, el cual se considera un inhibidor de la erección al contraer los vasos sanguíneos y, con ello, reducir el flujo de sangre en el pene.

Dentro de los más «populares» están la calabaza, la sandía, la lechuga y el pepino. En lo que a medicamentos se refiere, los antidepresivos pueden causar disfunciones sexuales.

Otro es la mariguana, aunque para muchos es un perfecto estimulante y afirman que ayuda a una relación sexual larga. «Lo que pasa es que altera la percepción, por lo que todo pasa lento y pueden creer que están horas.»

¿Y el viagra?

La famosa píldora azul es considerada un afrodisíaco; en este caso, está más que comprobada su efectividad en lo que a problemas de erección se refiere, aunque no hay que olvidar que no actúa sola, sino que siempre se necesitará del juego sexual, de las ganas, entre otras cosas.

Sirvan o no, lo cierto es que jamás se puede dejar a factores externos lo que es de dos, de pareja, pues «la mente es el mejor afrodisíaco, con ella vas y vienes, ayuda mucho en una relación, si se está tranquilo, sin estrés, se vive la sexualidad sin pena y no hay timidez; el mejor amante es el que escucha».

La eyaculación precoz es una alteración que la mayoría de los hombres ha sufrido al menos una vez. Aceptarlo y, sobre todo, tratarlo es complicado, pero que debe hacerse en beneficio de una vida sexual plena

Muchos son los problemas sexuales que se pueden presentar a lo largo de nuestra vida, unos sencillos y otros más graves. La eyaculación precoz es uno de los que afecta principalmente a hombres, aunque repercute necesariamente en la pareja.

El sexólogo y terapeuta César Pérez del IMESEX (Instituto Mexicano de Sexología) nos explica:

La eyaculación precoz es «una de las alteraciones de la fases de la respuesta sexual humana, se eyacula antes de tiempo, sin embargo, es conveniente aclarar ¿qué es poco tiempo? Pues para unos, 20 minutos refleja este estado».

Para «llevar la cuenta», se debe considerar desde que se inicia el juego sexual, pues si en el tiempo previo a la penetración hay demasiada excitación, esto sin duda repercutirá en la eyaculación, lo que no necesariamente significa ser precoz, y hasta un roce, una palabra puede hacerte eyacular sin más.

Sin embargo, la eyaculación precoz es la que sucede previa a la penetración (en los casos graves) o a los pocos minutos de iniciado el coito, lo que sin duda repercutirá en la pareja, pues las mujeres en su mayoría tienen un primer orgasmo a los diez minutos de iniciada la penetración.

La mayoría de los hombres han experimentado por lo menos una vez en su vida una eyaculación precoz. Es el problema sexual más frecuente en hombres, afecta a entre 25 y 40% de ellos.

Causas y tratamiento

Algunas de las causas son por infecciones urogenitales o alteraciones de tipo neurológico, trastornos degenerativos o desequilibrios hormonales. Aquí es importante que se acuda a un especialista.

Otra es la que se relaciona con la masturbación, que aunque no es mala, sí puede repercutir en la eyaculación precoz, «viene a ser más una causa social y de prejuicios, ya que muchos adolescentes cuando se masturban, al relacionarlo con algo malo lo hacen de una manera rápida, por lo que se condiciona al cuerpo a esa respuesta igualmente rápida.»

Una de las más comunes, y a la que poco caso se le hace, es la ansiedad o el estrés ocasionado principalmente por problemas personales, laborales, económicos, familiares. La relajación es poca y la disposición para una relación sexual es escasa.

«La sensibilidad es una más, hay hombres hipersensibles, sobre todo del glande, que con sólo escuchar u observar algo se excitan demasiado. En la respuesta sexual influyen los cinco sentidos y muchos responden de una manera rápida a una palabra, un beso o a una determinada prenda. Si se detecta que alguno de esos factores afecta, es necesario omitirlos porque aceleran el proceso y entonces hay que descubrir nuevos estímulos.»

Rara vez es por causas fisiológicas, incluso muchos que van al sexólogo ya acudieron previamente con urólogos o a realizarse estudios de salud para ver si su organismo está bien.

El tratamiento consiste principalmente en ejercicios que a la vista pueden parecer locos, raros o incómodos. Unos muy conocidos son los de Kegel que ayudan a estimular el músculo pubocoxígeo. Siempre debe haber una relación estrecha con el terapeuta para llevar un control y registro de los avances y ejercicios correspondientes.

Es complicado aceptar que se tiene un problema de esta índole, pero no se pude esconder, así que lo primero es saber que se tiene y aceptarlo, identificar cuándo sucede, cuántas veces, pues en ocasiones la eyaculación precoz se presenta sólo en la noche o en el día, con una persona y no con otra.

Después, acudir con un sexólogo que podrá identificar el problema y buscar la mejor solución, hacer a un lado los prejuicios, aceptar que es una alteración tratable y que se puede quitar.

Si se tiene pareja es importante que ésta apoye, pues la baja autoestima se presenta en los casos de eyaculación precoz; el hecho de que las relaciones sexuales tengan mucho peso en una relación, ocasionan incluso rupturas por insatisfacción sexual. Hay ejercicios que son para las parejas, con juegos sin penetración, lo que a los hombres les baja el estrés. Si no hay pareja se trata con masturbaciones, con lo que se comprueba una vez más que no es una práctica mala y que también ayuda en este tipo de problemas. Un tratamiento puede arrojar resultados entre tres y seis meses.

Es importante que se trate a tiempo, pues el tener este tipo de alteraciones puede incluso causar problemas psicológicos serios.

La edad no influye en la eyaculación precoz, «pero sí en la respuesta sexual humana, ya que no es igual en uno de 50 años que en uno de 15, y debo decir que últimamente se presentan casos de chicos de 20 años, por lo que la edad no es un factor.»

Eyaculación retrógrada

En este tipo de eyaculación, el semen se regresa por la uretra a la vejiga, no es dañina, de hecho los que la tienen o la experimentan aseguran que es placentera. Sin embargo, el hecho de no poder expulsar el semen puede afectar a la fertilidad, pues el esperma no va hacia la vagina y no hay fecundación.

Para ser diagnosticada se estudia una muestra de orina posterior a una eyaculación y se estudia la cantidad de esperma dentro de ella. «Puede ser ocasionada por golpes en testículos o pene, por tomar medicamentos como tranquilizantes o antihipertensivos u operaciones prostáticas».

Lo importante es que, sea cual sea el tipo de eyaculación y el grado, se reconozca, se acepte y se acuda a un especialista, sin olvidar el hablarlo con la pareja y así juntos solucionar el problema.

Para más información, hay un post de Dra Penélope Brito Lee, sobre eyaculación precoz.

En una relación sexual se conjugan muchas cosas, amor, placer, gusto, besos, caricias… A veces, se vuelve una carrera donde sólo habrá un ganador y el premio será el orgasmo, pero ¿qué tan importante es conseguirlo?

El orgasmo ha sido catalogado como la meta de una relación sexual y, a veces, si no se logra, puede ocasionar problemas; lo cierto es que hay que aterrizar y aprender muchas cosas acerca de él.

Josefina Flores, sexóloga y psicoterapeuta nos explica:

«El orgasmo es una sensación subjetiva; físicamente, durante la respuesta sexual, que tiene diversas fases, se tensan los vasos sanguíneos que se encuentran en la zona de la pelvis y el orgasmo tiene que ver con esa liberación que se crea por la acumulación de sangre. En la parte emocional hay quien tiene esa liberación y no un orgasmo.»

Para muchos, el orgasmo es visto como un trofeo, una meta, una obsesión y se pierde el componente primordial que es la relación misma: «Lo importante no es llegar, sino el camino, la gente pone la mira en eso y lo demás pierde importancia, es como si fuera un platillo, es rico saborearlo, desde la mesa, el olor de ese platillo y sentirse satisfechos.»

¿Por qué él sí y yo no?

El orgasmo es distinto en el hombre y en la mujer; en los dos hay fases, pero en los dos se vive distinto. El hombre tiene la respuesta sexual y hay un momento en que es inminente que el orgasmo viene en camino, donde ya no necesita mucha estimulación, pero en la mujer si se pierde esa estimulación, se va todo: «Esto causa problemas, pues si el hombre termina ya no necesita estimulación y pues ahí se queda, y la mujer entonces pierde todo, se debe seguir aún si ya se tuvo un orgasmo.»

Existe la creencia de que los dos deben y pueden llegar al orgasmo al mismo tiempo, con lo que se creará una conexión; sin embargo, esto no siempre sucede, pues cada cuerpo es distinto y responde diferente. Cabe destacar que es mejor conocerse y comunicarse para saber y descubrir la mejor manera de llegar sin que se pierda la magia en una relación sexual.

Sí puede tenerse un orgasmo al mismo tiempo, no es imposible, pero tampoco sencillo. Puede ser causa de problemas en una relación si se obsesionan en ello.

Multiorgasmos, ¿se puede?

Últimamente se ha creado toda una «parafernalia» alrededor de los multiorgasmos, incluso existen productos que los garantizan. Lo cierto es que se pueden conseguir sin necesidad de ellos, y sólo las mujeres, también los hombres pueden experimentarlos.

«Existen, pero la gente los busca como trofeos, y así no funciona la sexualidad; si no los experimentas tampoco significa que no seas capaz de disfrutar. En el proceso hacia el orgasmo hay una fase llamada meseta, donde está la mayor excitación; en los hombres la erección es más fuerte, es ahí donde se pueden tener multiorgasmos, ya que los orgasmos son pequeñas contracciones, lo mismo en las mujeres».

En una relación sexual hay que entenderse para que el goce sea mutuo, sin que se tenga que dejar de lado el de la pareja o el propio. El que busca encuentra, pero como dicen por ahí, lo bailado nadie nos lo quita y ¿por qué disfrutar sólo la meta si en el camino se pueden hacer tantas cosas?

¿Ese orgasmo es tuyo?

Cada quien es dueño de su sexualidad, pero no podemos negar que la masturbación es de los primeros pasos antes de llegar a una relación sexual, nos permite conocer nuestro cuerpo, identificar lo que nos gusta, lo que nos hace sentir bien

“Te saldrán pelos en la mano”, “te quedarás estéril”, “te saldrán barros en la cara”, “dejarás de ser virgen”, son sólo una de las tantas frases que muchos escuchamos acerca de la masturbación, sobre todo en la adolescencia; es un tema del que poco se habla, por lo menos no de forma natural, pero que la mayoría ha vivido.

Es importante saber que la masturbación se entiende de muchas maneras y puede confundirse con otros términos; para la mayoría, se refiere a la estimulación de los órganos sexuales, fomentando con ello la autosatisfacción sexual. Sin embargo, la sexóloga Josefina Flores nos explica: “En sexología utilizamos la palabra autoerotismo, pues la palabra masturbación tiene asociaciones negativas y en algunas terapias es necesaria como ejercicio, pero el sólo nombre llega a asustar a los pacientes.”

La masturbación es algo que muchos conocemos en la adolescencia, aunque la sexóloga nos explicó que en realidad se inicia desde edades tempranas, sólo que el significado que le damos es distinto.

Los mitos

Hace un tiempo, conversaba con un chico de 17 años; me comentaba que uno de sus profesores les dijo que la masturbación los dejaba sordos, que acababa con la testosterona y que además les quitaba mucha energía; eso fue sorprendente, pero más me sorprendió que él me dijo: “No sé si sea cierto, pero por si acaso, mejor no lo hago”.

Y no es que se invite a hacerlo, cada quien es dueño de su sexualidad, pero no podemos negar que la masturbación es de los primeros pasos antes de llegar a una relación sexual, nos permite conocer nuestro cuerpo, identificar lo que nos gusta, lo que nos hace sentir bien.

Para todo hay momento y lugar; la masturbación debe hacerse en privado, ya cada uno decidirá si lo hace solo o acompañado. El sentido que le da un niño, un joven y un adulto es distinto: “Los adolescentes lo relacionan con el erotismo, ya saben enamorarse, identifican qué los excita; el adulto tiene más una respuesta sexual, incluso lo hacen de una manera distinta, para descargarse o hasta para poder dormir.”

Jamás podrá compararse la masturbación con una relación sexual, el vínculo afectivo que existe entre una pareja es simplemente inequiparable, la sensación de ser tocad@ por otra persona es única; podríamos decir que la masturbación ayuda en las relaciones, con esto no se quiere decir que se haga o que no podrá disfrutarse de una relación sin que se conozca la masturbación.

Los hombres y las mujeres viven distinta la masturbación; en tiempos muy antiguos se creía que era casi exclusiva de los hombres, en la cultura judía, por ejemplo, se creía que era un semiasesinato, pues se consideraban a los espermatozoides como “pequeños hombrecitos” que eran liberados sin el fin de la procreación.

No hay una técnica, cada uno escoge dónde y cómo, pero es importante resaltar que la higiene es relevante. La frecuencia con que se haga no tiene repercusiones negativas, “el problema viene cuando eso le impide hacer otro tipo de actividades, puede hablarnos de ansiedad, problemas, inseguridad; no es por el número de veces, sino por la manera en que se maneja la persona; si se crea una obsesión, hay riesgo de infección que puede ponerlos en situaciones de riesgo”.

No hay porqué decir no, ni sentirse culpables; no quita más energía que la que puedes descargar haciendo ejercicio, así que lo practiques o no, es importante dejar atrás los tabúes, complejos y miedos; somos seres sexuales y eso no lo podemos evitar.


ÉSTE ES HÉCTOR LEDEZMA…CONÓCEME

Twitter: @natheleo

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Periodista y comunicólogo, editor, amante del tenis, de la vida, de la sexualidad como parte inherente al ser humano.

Comencé mi carrera en El Universal, en el sitio para jóvenes tva.com.mx, posteriormente llamado De10.mx donde fui redactor de sexualidad, además de reportero.

Coeditor en el sitio hiperlocal El Universal Del Valle, y en El Universal Estado de México.

Actualmente columnista de sexualidad y editor en el Semanario Hoy Valle de México del Estado de México.

Me gusta el teatro, el cine, la televisión, los espectáculos en general, por ello soy bloguero en Del Cielo a la Tierra

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